La ansiedad o miedo pertenece al grupo de las emociones que pueden afectar nuestro trading. La ansiedad se define como un complejo patrón de tres tipos de reacciones ante la percepción de una amenaza: respuestas motoras (evitación-huída), respuestas fisiológicas (respuesta cardiaca, sudoración, etc.) y respuestas subjetivas (comunicación de los sentimientos).

¿Cuántas veces hemos estado delante de la pantalla pensando “hoy voy a recuperar todo el dinero que he perdido” y situamos una orden de compra? El mercado sube, se cruza nuestra orden y tenemos ligeros beneficios, pero rápidamente se gira convirtiéndose en pérdidas. Nos ponemos nerviosos ya que volvemos a perder dinero. La presión aumenta, nuestro corazón se acelera (respuesta fisiológica) y de repente decidimos que vendemos perdiendo (respuesta de evitación-huída). Pero ¡queremos recuperar “nuestro” dinero!, así que entramos cortos y de nuevo el mercado se gira. ¡Ahora estamos enfadados! Asumimos una nueva pérdida y compramos de nuevo a un precio similar al de la primera operación. Pero el mercado no sube y rompe el soporte, iniciando un movimiento a la baja, lo que nos obliga a cerrar la posición con la mayor pérdida del día.

Esta vez nuestra respuesta cardiaca y sudoración se incrementa, la ansiedad nos acelera. Ponemos los brazos detrás de la cabeza, fruncimos el ceño, se nos seca la boca, nos duele la cabeza y/o el estomago… Nos sentimos frustrados porque el mercado apenas se ha movido y sin embargo acumulamos una gran pérdida. Irónicamente toda esta ansiedad nos hace perder dinero. ¿Por qué? Porque nos está nublando la mente. No nos deja ser objetivos en nuestro trading.

El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por una frecuente preocupación o ansiedad excesiva con respecto a una serie de actividades o acontecimientos (las noticias financieras, operar en bolsa, observación constante de los mercados bursátiles…) en lugar de centrarse en objetos o situaciones específicos (seguir nuestro método observando los gráficos y disfrutar del trading y de nuestra vida).

Continuamos operando “para acertar” porque no queremos apagar las pantallas con una gran pérdida. El miedo que nos puede sobrevenir tras una mala operación nos cegará. Esa operación hará que nos entren dudas en la metodología que nos hace ganar dinero, llegando incluso a impedir que abramos operaciones claras por miedo a que se vuelva a repetir la mala experiencia que acabamos de vivir. No podemos cometer este error. Algunos inversores no son capaces de seguir sus reglas de forma consistente. ¿Y qué sucede entonces? ¡Qué pierden dinero!

Hay una multiplicidad de fuentes que señalan que los trastornos de ansiedad se producen en la familia. Si es resultado de la genética (parece probable que la herencia de cierto número de genes provoca tendencia a estos trastornos) o de las influencias ambientales (la observación de los estilos de afrontamiento que manifiestan ansiedad ante estas experiencias, pueden contribuir a la creación de patrones similares) sigue estando poco claro. Si la ansiedad, aunque dure poco, crea un malestar mayor de lo normal o interfiere con el funcionamiento normal, tendrá que ser tratada, sobre todo cuando la aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, esté acompañada de 4 (o más) de los siguientes síntomas, que se inician bruscamente, alcanzando su punto álgido en un período de 10 minutos:
  • Palpitaciones, sacudidas del corazón o aumento de la frecuencia cardíaca.
  • Sudoración.
  • Temblores o sacudidas.
  • Sensación de ahogo o falta de aliento.
  • Sensación de atragantarse.
  • Opresión o malestar torácico.
  • Inestabilidad, mareo o desmayo.
  • Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo).
  • Miedo a perder el control o a volverse loco.
  • Miedo a morir.
  • Parestesias sensación de entumecimiento o hormigueo.
  • Escalofríos o sofocaciones.


Estamos perdiendo dinero, así que nuestro cerebro nos alerta de un peligro. Él es el que “manda las órdenes” al resto de nuestro cuerpo, es decir, todos estos síntomas son producidos por una orden “protectora” de nuestro cerebro. Examinando lo que sucede en nuestro cerebro podemos tratar de reducir estas explosiones emocionales.

Ni la ansiedad, ni el miedo, ni ninguna emoción, deben hacernos dudar sobre nuestra metodología, ya que esas emociones pueden hacer que nos perdamos una operación muy rentable por haber dudado de la “máquina” que dirige nuestras inversiones.

Dedicar un tiempo a nuestra formación es fundamental para no dejarnos influir por nuestras emociones. Llevaremos un diario de todas las transacciones que realicemos, indicando fechas, precios, stops, objetivos, plusvalías, pérdidas… ¡todo lo analizado para realizar una transacción!, porque realizar elecciones conscientes y racionales es lo único que tenemos frente a estas respuestas emocionales.

Aunque muchos traders se saben la teoría de que la psicología es uno de los pilares fundamentales en las inversiones, es un concepto difícil de asimilar, de interiorizar, de hacerlo nuestro. Debemos ser emocionalmente inteligentes para poder seguir las reglas de nuestro sistema y disfrutar de nuestro trading. La mentalidad adecuada en el trading nos ayudará a avanzar en él. La mejora continua no es una opción, es un requisito indispensable a la hora de operar en los mercados financieros. Recuerda que los errores los pagas con tu cartera.