Muchos eran los que afirmaban por activa, por pasiva, y al (agresivo) ataque que lo de Bitcoin es que no lo entendíamos, que nunca podría haber una criptoburbuja porque los criptoactivos no sólo eran el futuro idealista más que seguro, y su valor sólo podía cotizar al alza de forma casi continuada y hasta el infinito y más allá.

Algunos no dudaban en darnos lecciones y alardear con rotunda seguridad de que Bitcoin llegaría dentro de poco a los 50.000$/BTC, e incluso contemplaban que podría ser bastante más en unos años. Bitcoin no pasó tan apenas de los 20.000$ y, tras tocar máximos, se vino abajo casi un 80%, y sigue instalado en la misma letanía a lo largo de un significativo plazo que ya se cuenta por trimestres. Lo siento, sí, Bitcoin era otra burbuja, ya lo avisamos. Pero, ¿Y ahora qué?

Los gráficos no mienten, los únicos que se autoengañan son algunos inversores


A la vista están los gráficos, a la vista está el efervescente tanto por ciento de subida precedente, a la vista está el tanto por ciento del sonoro batacazo posterior, y, sobre todo, a la vista está el plazo de trimestres a lo largo de los cuales Bitcoin y otras criptomonedas han desarrollado esta acusada tendencia bajista. Ya no hay duda, ni persona con mínimos conocimientos económicos que pueda negarlo: era una burbuja.

Como bien nos sintetizaba Bloomberg hace unos días, las cifras son apabullantes. Un breve vistazo al índice "MVIS CryptoCompare Digital Assets 10" muestra un auténtico colapso en 2018, con una contundente bajada del 80%. El batacazo ha sido de epopeya, y ha superado (a la baja) la marca de profundidad del 78% de descenso del Nasdaq tras el estallido de la famosa burbuja ".com". Y también coincide que ahora la sangría ha sido especialmente letal en los valores de segunda fila (o "altcoins" en el mundo cripto), aunque tokens de primera fila como Ethereum también han sufrido con especial dramatismo.

Desde estas líneas les advertimos puntualmente desde sus más tempranos inicios de la incipiente formación de una burbuja que empezaba a inflarse. Posteriormente, hablamos en incontables ocasiones de la peligrosa tendencia efervescente que iban presentando Bitcoin y los criptoactivos en general, y les advertíamos de que seguirían subiendo quién sabe hasta donde, pero que luego pincharían en un proceso que siempre deja muchos más damnificados que nuevos ricos. Finalmente, poco antes del estallido, volvimos a advertirles del gran riesgo que se avecinaba. Y por último, fuirmos de los primeros en analizarles una de las principales causas de semejante burbuja especulativa: la manipulación premeditada e interesada.

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Pero éste no va a ser un análisis de regocijo ni de recrearse en la falta de visión ajena: no es el estilo de estas líneas ni del que las escribe, y, además, en algún momento a todos nos puede llegar a pasar algo así. Nunca nadie debe alegrarse por las desgracias socio-económicas de ningún inversor ni país, aunque haya algunos que se lo han buscado desesperadamente y con insistencia.

Nuestra ambición simplemente es que los damnificados sean capaces de reconocer antes estos patrones de mercado recurrentes en la próxima burbuja, y que puedan decidir estando bien informados si ponen a buen recaudo sus ahorros: cuesta muchas gotas de sudor de la frente sumar en el banco y... no lo olviden, además los ahorros son necesarios por lo que pueda venir en esta vida.

Fuente: Blog Salmón