El Producto Interior Bruto (PIB) creció en el tercer trimestre un 0,5 por ciento intertrimestral, en un contexto de estancamiento de la economía europea, en consonancia con lo estimado por el Banco de España y los analistas, pero por debajo de un incremento del 0,6 por ciento en el periodo abril-junio.

Por su parte, el Índice de los Precios de Consumo (IPC) adelantado español bajó en septiembre un 0,1 por ciento interanual, lo que supone un décima más en tasa anual respecto al -0,2 por ciento del mes anterior, pero supone el cuarto trimestre en negativo.

Gracias a las exportaciones y a una mejora de la demanda interna, la economía española salió en la segunda mitad del año pasado de un periodo recesivo en el que entró después del estallido de la burbuja inmobiliaria que comenzó a tomar forma en 2008.

Sin embargo, esta recuperación se encuentra amenazada por el deterioro de las condiciones económicas entre sus principales socios comerciales en la zona euro.

"España continúa con un aspecto bastante sano respecto a otros países de la zona euro", dijo el economista de Nomura Silvio Peruzzo.

"Dicho esto, conforme la economía del euro en su conjunto se ralentiza, España tendrá problemas para conservar el ímpetu y la pequeña desaceleración (del PIB) en el segundo trimestre continuará en el cuarto y en el próximo año", agregó.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) dijo que la variación del PIB en el tercer trimestre de 2014 respecto al mismo periodo de 2013 es del 1,6 por ciento, frente al 1,3 por ciento del segundo trimestre de este año (revisado al alza desde un incremento del 1,2 por ciento).

Este dato también está en línea con las previsiones de analistas y las estimaciones del Banco de España.

Los datos de la inflación reflejan la debilidad de la recuperación en España, según apuntó la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), que prevé que el IPC acabe el año con valores "cercanos al 0 por ciento".

"La escasa actividad y el poco consumo unido al fuerte descenso del precio del crudo continúan reflejando una demanda que no consigue despegar y no tira de los precios, que se mantienen en tasas de inflación bastante reducidas", dijo ATA en una nota de prensa.

Pese a que la caída de los precios permite recuperar competitividad y recuperar poder adquisitivo, también tiene desventajas -más allá del riesgo de entrada en la temida deflación- como la menor recaudación por impuestos al consumo y en general un descenso de la demanda ante el temor de que sigan cayendo los precios.

"La dinámica de la inflación sigue muy débil. No tenemos una fortaleza económica significativa a nivel estructural que aumente los precios, lo que refleja debilidad en el mercado laboral", dijo Peruzzo, en referencia a la elevada tasa de paro en España, cerca del 24 por ciento.

Según los datos publicados el jueves por el INE, la inflación armonizada también cayó un 0,2 por ciento interanual en octubre, también una décima más que en septiembre (-0,3%).