Ya en 2014 los grandes y pequeños inversores o aquellos que buscan resguardar sus ahorros se preguntan sobre la evolución de la economía, sobre el dólar y la inflación, sobre el futuro del gobierno y sus políticas e intentan encontrar una respuesta, forman expectativas y actúan acorde en función de la información que se encuentra a su alcance. Veamos entonces un resumen de lo sucedido durante 2013 con los principales indicadores monetarios:

2014



El dólar oficial aumentó un 32,5%, mientras el informal o Blue lo hizo en un 44,6%, hecho que marca un incremento en la brecha entre ambos tipos de cambio. Paralelamente, la inflación que estiman las consultoras privadas rondó entre el 25% y 27%. Finalmente, las reservas internacionales en poder del BCRA cayeron cerca de 12,6 millones de dólares, mientras que la tasa Badlar aumentó 619 puntos porcentuales.

¿En qué estado se encuentra entonces la Argentina de cara al 2014? En primer lugar el modelo sigue igual: los motores que impulsan la economía siguen siendo los precios de los commodities y la demanda interna. En este sentido, la falta de opciones de inversión, las restricciones en la compra de divisas para atesoramiento y una tasa real de interés negativa (recordemos que la tasa Badlar es menor a la inflación) desincentivan el ahorro e impulsan la demanda privada de todo tipo de bienes (autos, computadoras, celulares, etc.) y servicios (principalmente turismo). Sumado a un fuerte gasto público, la inflación es consecuencia del modelo, y el crecimiento del Producto Bruto Interno, de una economía alimentada con esteroides.

Sin embargo, esta situación es insostenible en el largo plazo: la inflación aumenta los costos del sector exportador, destruye los ahorros de las familias y las inversiones de las empresas e incentiva un mayor consumo. Pero más importante aún, si se sale de control, la inflación puede romper el contrato social, la credibilidad y la estabilidad política y económica del país. Una de las medidas para evitar llegar a ese extremo tiene que ser necesariamente la regularización del mercado cambiario y, por ello, hace poco más de dos meses escribí la nota “¿Qué devaluación necesita Argentina?”. En ese entonces, un ejercicio preliminar derivó en un dólar cercano a 8,93 pesos, resultado que aproximadamente frenaría la caída de reservas del Banco Central:

Cambios


Como se puede observar en el segundo cuadro, cerrando el 2013 el gobierno decidió aumentar la velocidad de devaluación y elevar la retención sobre compras con tarjeta en dólares del 20% al 35%, llevando al dólar turismo a 8,78 pesos (hoy se encuentra en $8,96). Esto redujo el atraso cambiario del 25,5% al 10,1%, aunque comparando contra el dólar oficial la brecha se mantuvo prácticamente inalterada (50,6% vs. 48,6%).

Sin embargo, lo más llamativo del cuadro está en el Tipo de Cambio de Convertibilidad (llamado así porque indica cuál sería el valor del dólar si rigiera un esquema de convertibilidad). El gran aumento de $9,71 a $12,33 implica una depreciación del 26,98% en sólo dos meses.

En la medida que se continúe con la misma política económica, las consecuencias para el 2014 sólo acentuarán lo recorrido el año pasado. La inflación continuará su camino alcista al igual que el dólar y las reservas internacionales seguirán disminuyendo, a menos que el contexto internacional y, particularmente los precios de los commodities, sean muy favorables (situación poco probable si China se desacelera)