Los resultados de importaciones de smartphones del primer trimestre han sido poco simpáticos: las ventas cayeron 13% en términos de unidades, según los reportes de Dominio Consultores. Eso es algo que no había sucedido a lo largo de la última década en el país.
El panorama, empero, no es del todo adverso, pues si observamos los valores de los equipos importados encontramos que de enero a marzo del 2018 se llegó a US$240 millones, lo cual es 8% más de lo registrado en el mismo período del 2017.
La menor demanda de equipos está sintonizada con los resultados globales y regionales, en donde ya se encuentran en un estado de madurez.
En nuestro caso, empero, los analistas aseguran que esto se explica no tanto por ya haber llegado “al techo” y no tener usuarios nuevos que conquistar, sino que ha influido el enfriamiento del consumo, dada la coyuntura de desaceleración y el ruido político.
Al****o Magán, analista regional de IDC, acepta que el mercado de smartphones ya no tiene los crecimientos de doble dígitos en unidades del 2016 o de años anteriores, pero tampoco estamos ante una caída del consumo propia de los mercados maduros.
Los crecimientos, explica, son más estables y por eso bordearon el 7,4% en unidades el 2017 y se mantendrían en esos niveles promedio.Lo que está pasando es que si bien ocho de cada diez teléfonos importados ya son smartphones, a nivel de penetración en total de la población todavía no se supera el 60%.
La compra de equipos convencionales (también conocidos como “feature phones” o “no inteligentes”) sigue presentándose, pero posee una tendencia sostenida a la baja, dado que la gama de entrada de smartphones evoluciona a precios más atractivos que favorecen la migración.
Fernando Grados, director de Dominio Consultores, considera que todavía tenemos dos o tres años más de crecimiento moderado en la categoría antes de arribar a la madurez o saturación. “No hemos llegado al techo aún, pero estamos cerca”, recalca.
Y si bien en el segmento socioeconómico A todos usan un smartphone, en otros niveles todavía queda una cuota significativa de usuarios de teléfonos convencionales por migrar.
El crecimiento será más lento, acepta Grados, pero todavía irá hacia arriba. La recesión que estamos viviendo impide ver con claridad el comportamiento del producto, agrega, pero se asume que hacia fin del año haya una mejora económica sensible, que venga acompañada de un aumento en la demanda y una mayor migración hacia productos de mejores prestaciones.
GUERRA SIN TREGUA
La intensidad competitiva que se vive entre los operadores móviles también contagia a los fabricantes de equipos, pues son un factor importante al decidir portar o no la línea. Ya no se ofrecen subvenciones tan marcadas como tres años atrás, pero la ecuación precio-calidad sigue siendo crucial.
Carolina Gutiérrez, analista de Dominio Consultores, refiere que no todas las marcas tuvieron este trimestre un resultado adverso: cada quien tiene su propio ritmo. Y esa es una constante que se ha mantenido los últimos tres años, pues está asociada a las promociones de moda entre los operadores.
Grados precisa que la principal pelea está entre el líder del mercado, Samsung, y su retador, Huawei, quien viene dando saltos en la gama alta. Esto le ha permitido cerrar el 2017 como la marca que más importó en términos de valores. Las variaciones en liderazgo a futuro dependerán, aclara, de cuánto se eleve el presupuesto que manejan los usuarios y de cuánto vaya cambiando la demanda de productos caros versus los económicos.