El mundo de las criptodivisas no pasa desapercibido ante la mirada de las entidades financieras internacionales, pero las declaraciones recientes de directores del Fondo Monetario Internacional (FMI) marcan un cambio en la postura de este organismo respecto de las criptomonedas.
Su titular, Christine Lagarde, pasó de alertar –en un artículo titulado "El lado oscuro de las criptomonedas"– sobre el riesgo de las criptodivisas por su alta volatilidad y su "opacidad", a reconocer sus beneficios y establecer que tal vez, la mejor manera de competir con ellas, sea empleando su misma tecnología.
En esta misma línea, el representante del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI, Dong He, alertó a los bancos centrales sobre la competencia criptográfica y les aconsejó establecer normas monetarias más "atractivas".
Es decir que la percepción del FMI respecto de las criptodivisas fue modificándose con el transcurso de los años, y sus directores pasaron de ser estrictamente críticos a reconocer, de manera paulatina, sus beneficios.
Lagarde aconsejó a los bancos "ser más abiertos con este tema" y reconoció la necesidad de establecer marcos regulatorios. Argumentó que esto es "inevitable y necesario" e incluso describió que la mejor manera de accionar en relación a este tema es haciéndolo "fuego contra fuego".
En la entidad establecen que la necesidad de regular las criptomonedas es para evitar las ventajas de una competencia injusta que estas pueden tener, "favorecidas por la falta de regulación".
A través de un artículo publicado recientemente en el sitio oficial del FMI, Dong He resaltó la idea de que los bancos centrales aceleren la adopción de nuevas tecnologías para ofrecer dinero fiduciario más "atractivo" y así "combatir la cripto-competencia".
Desde el organismo internacional reconocen que la crisis global económica del 2008 y los numerosos casos de rescates financieros fomentaron el crecimiento de los cripto mercados como método de inversión y ahorro. En este sentido, señalan y aceptan el escepticismo que rodea a los monopolios de los bancos centrales en el manejo de las divisas.
“Tal escepticismo potenció la creación de bitcoin y otras criptomonedas, que desafiaron al paradigma de las monedas reguladas por los estados y el rol dominante de los bancos centrales y las instituciones convencionales del sistema financiero”, escribió Dong He.
En este sentido, sugiere que los bancos centrales deben "aggiornar" las opciones de dinero fiduciario y establecer normas monetarias más atractivas para la era digital.
Desde su lugar como directora del organismo, Lagarde ofreció los servicios del FMI para establecer las regulaciones de los nuevos activos digitales. Sostuvo que los mercados de criptoactivos deberían ser regulados por las mismas leyes que se aplican a los mercados tradicionales, porque las criptomonedas "podrían amenazar la estabilidad de los mercados tradicionales".
Por eso, en su artículo, Dong He sugiere, también, la idea de emitir una moneda digital de los bancos centrales para "hacer que su dinero sea más atractivo para usar como vehículo de liquidación". Es decir que reconoce que los bancos centrales podrían obtener ganancias gracias a la tecnología subyacente de los cripto activos.
“La formulación de políticas monetarias puede beneficiarse de la tecnología al mejorar las predicciones de los bancos centrales que usan big data, inteligencia artificial y aprendizaje automático”, agregó.