Esta tecnología, que nació con el bitcóin para realizar transacciones sin intermediarios, hoy ya puede permear la vida de las personas para hacerla mucho más fácil.

Cuando se quiere explicar que es el blockchain, muchas personas tienden a enredarse en el concepto y olvidan que simplemente es un procedimiento digital de almacenaje de información con el cual pueden desarrollarse diversas operaciones.

Por ejemplo si A quiere transferir una determinada cantidad de dinero a B, A puede indicarlo a través de una red de blockchain. Y mientras pasa de A a B, unos softwares encargados de hacer la trazabilidad de la operación son los “policías” que corroboran que todo el proceso se lleve a cabo de manera legítima, veraz y óptima. Y estos son los nodos.


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Por esto es que, aunque nació en el 2009 con el auge de la criptomoneda bitcóin, su uso se ha venido desarrollando en otras áreas que demuestran el gran potencial que el blockchain tiene para realizar una cadena de valores.

Alex Puig, gerente de Alastria, la primera red nacional regulada basada en la tecnología blockchain con sede en España afirma que normalmente la gente cuando habla de “cadena de bloques” se centra demasiado en la tecnología y no en para qué sirve y cómo ayuda a la gente.

Él pone el siguiente ejemplo: ‘Si estamos juntos y yo tengo una copa de vino en la mano y le pregunto quién tiene la copa de vino usted me diría que yo, está claro, no hay ninguna duda no tiene que preguntárselo a nadie. Si yo le doy la copa de vino a usted y pregunto quién tiene la copa de vino usted diría "yo". Es decir que el blockchain no deja lugar a suposiciones, porque al momento de transferir valor es como si las dos personas estuvieran presentes.

Si intentamos replicar esto, que es la base de nuestra economía, el intercambio de valor, en internet no podríamos. “Internet nos permite intercambiar información pero se queda muy limitado a la hora de intercambiar cualquier valor digital que podría ser desde una entrada a un concierto, a una acción de una empresa a la propiedad de una hipoteca. Esto es lo que nos permite blockchain, ampliar internet como lo conocemos para permitir el intercambio de valor”, afirma Puig.

Juanita Rodríguez Kattah, Viceministra de Economía Digital, asegura que aunque nacieron al mismo tiempo, blockchain y criptomonedas se fueron separando. “Las personas las han ido asociando a modelos de negocio piramidales donde personas quieren captar dinero de forma ilegal y se valen de los criptoactivos para engañar a la gente”, por lo que en Colombia se suele tener una percepción de miedo cuando se habla de blockchain, “cuando en realidad son dos cosas aparte”.

Rodríguez afirma que podemos usar la tecnología del blockchain para algo tan simple como saber si el bolso o el producto que compramos es original o para realizar actividades contractuales. “En todos los países se está desarrollando, y las personas pueden buscar plataformas como Ethereum para hacer parte de la transformación”.



¿Por qué es tan llamativo?



Una de las ventajas que tiene es que es inmutable, ya que es una cadena de bloques que se puede asemejar a construir un edificio ladrillo a ladrillo donde si se saca un ladrillo todo el edificio se desmoronaría.

“Esto es blockchain y cada ladrillo contiene información de tal manera que no se puede arrancar un ladrillo sin romper toda la base de datos. Por lo tanto el mismo sistema nunca lo dejaría arrancar ese ladrillo, y en ese ladrillo es donde está lo que usted ha comprado o lo que ha pagado”, dice Puig.

Entonces esto permite que nadie pueda hacer trampas, porque a parte de tener transparencia, todo el mundo puede ver lo que está pasando, lo que da la seguridad de que nadie puede romper la estabilidad de esa información.

Para los abogados sería primordial ya que puede eliminar cualquier duda o vestigio de corrupción humana. La cadena de bloques tiene un libro de cuentas que es replicado en muchos ordenadores, y mediante el protocolo de consenso se encarga de que todos los ordenadores se pongan de acuerdo en que esa es la verdad.

Aunque engañen uno o dos la verdad siempre saldrá porque el protocolo de consenso se encargará de anunciar que alguien está diciendo mentiras. Por lo tanto es la misma base tecnológica la que se encarga de que que todos esos miles de ordenadores en el mundo tengan la misma verdad.


Así que si usted quiere realizar un contrato o comprar un servicio, esta tecnología le puede brindar el 100% de seguridad de que cumple con las características y los requisitos del acuerdo.

Y eso no es todo. El blockchain puede ser aplicado como un servicio de autenticación de documentos, lo cual sería muy útil para realizar diligencias y trámites. También sirve para digitalizar registros de propiedad, facilitando el intercambio de títulos de propiedad al eliminar a los intermediarios (la elaboración de un documento legal por parte de un abogado, su presentación ante un notario y posterior registro).

Podría utilizarse para transferir fondos entre partes por el cumplimiento de una obligación, como una adquisición corporativa o la compra de propiedad, o para realizar automáticamente el pago en el momento de la entrega de bienes o servicios. También es útil para intercambios de acciones, bonos y opciones.

Sin embargo, la realización de contratos es lo que más llama la atención sobre cómo esta tecnología está impactando nuestras vidas del común. Tradicionalmente al hacer un contrato, las partes se comprometen a cumplir con lo establecido. Al momento de llevarse a cabo un contrato tradicional, no hay un 100% de certeza de que la otra parte cumpla lo acordado y por esta razón se generan sistema de garantías como las hipotecas, pagarés, entre otros.

Actualmente existen aplicaciones como Ethereum, que ejecutan contratos “peer to peer” basados en Blockchain, y también plataformas que redactan contratos inteligentes legalmente vinculantes como Agrello.

Para ello un contrato legal debe incluir los elementos de la oferta, y la aceptación e intención de las partes de celebrar un acuerdo legal. Básicamente consiste en redactar un contrato legal tradicional y ‘traducirlo’ al código que es necesario para que el software lo acepte.

Esto se presta mucho para la automatización de aquellas tareas que son repetitivas y que consumen mucho tiempo de los abogados, por lo que podrían usar mejor su tiempo para enfocarse en otros asuntos legales.

Si le preocupa la reglamentación que tiene esta tecnología en el país, recuerde el principio de neutralidad tecnológica, consagrado en la ley 1341 de 2009 que estipula que se puede usar cualquier tipo de tecnología, para cualquier fin legítimo que tenga, siempre y cuando no haya una norma que regule el uso de esa tecnología. Y por el momento sigue siendo libre como el viento.


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Fuente: Finanzas Personales