"Me había hecho una prueba de ADN hacía cuatro años para saber de dónde venían mis ancestros. Analicé los resultados y seleccioné los países que menos imaginé que tendrían mi sangre para comenzar mi viaje", relata Residente en el tráiler de su documental homónimo.

Hablamos de René Pérez Joglar, la mitad de Calle 13, un músico ganador de 25 Grammys cuyo viaje a través de su huella genética le ha servido para elaborar todo un disco. Así, tomando aquellos resultados como punto de partida -que apuntaba a que tenía ascendencia africana, europea, asiática, oriental y nativa estadounidense-, ha conocido a músicos locales con sus mismas raíces y ha grabado tanto Residente, su primer largo en solitario, como el documental que citábamos al principio.

En mi caso particular, el kit llegó en forma de regalo de Navidad de parte de mi hermano. Yo recibí con entusiasmo la cajita, que sólo poseía unas pocas instrucciones: pasar un bastoncillo por el interior de tu mejilla, guardarlo en un botecito y enviarlo de vuelta a la empresa que realiza el análisis genético.

Los resultados suelen tardar unas semanas, y dejan a muchos perplejos -no hay más que ver el vídeo que acompaña a estas líneas, que emocionó a medio mundo-. En mi caso, la sorpresa no fue mucha, si exceptuamos que me llamó un poco la atención ser hasta un 41% italiana, dado que sólo la familia de mi abuela lo era. Sin embargo, se trata de un marcador que tiene explicación si echamos la vista atrás hasta llegar al Imperio Romano, que dominó prácticamente todo el mundo conocido durante siglos.

El resto de mi ADN quedaba así. 25% de Asia Occidental (mi familia paterna es árabe), 12% judía sefardí del Norte de África, 12% ibérica, 6% judía askenazí, y 4% de Medio Oriente. Pero ¿qué hacer con toda esa valiosa información? Es justo en este punto donde entran las agencias de viajes, que diseñan un itinerario a medida con estos datos para que conozcas a fondo tus orígenes. ¡Hasta los que no sabías que poseías!

¿CÓMO SE DISEÑA EL VIAJE?


"Nuestros diseñadores de viaje crean los itinerarios más exclusivos y auténticos, culturalmente hablando, para que nuestros miembros exploren sus orígenes", nos explica Rebecca Fielding, fundadora de la agencia especializada y de lujo T.Ü Elite.

La CEO, además, no duda en calificar esta aventura como "el viaje más personal del mundo". No obstante, con resultados tan amplios como los de un kit de ADN, ¿cómo se decide adónde ir? "Los análisis de ADN se vuelven más precisos cada mes, y esto brinda a nuestros miembros información geográfica aún más rica. Sin embargo, son nuestros expertos culturales los que pueden ofrecer una visión muy especial de cada país y área, lo que nos permite realizar viajes únicos", nos explica Fielding. De hecho, su equipo incluye desde historiadores de arte hasta sociólogos, pasando por arqueólogos, músicos e incluso ¡antropólogos de alimentos!

Pero, no obstante, la gerente también ve el lado positivo de esta indefinición geográfica, pues logra dibujar un viaje que "nos acerca más como individuos, derribando muros y uniéndonos a todos. Al explorar un país entero al que no sabías que estabas conectado, aprendes sobre una nueva cultura, descubres lugares que nunca pensaste explorar, y aprecias cómo formas parte de un planeta más grande"

Para quien no se conforme con inconcreciones, sin embargo, T.Ü Elite ofrece la opción de realizar un árbol genealógico a cargo de profesionales, que sí explora los lugares reales de donde provienen las familias. "Este es el tipo más personal de viaje de ADN, pues ofrece una conexión aún más fuerte entre las personas y las culturas de sus orígenes y nuestros miembros", admite Fielding.

Precisamente de ahí, de la genealogía, parten los viajes de TurisGen, la empresa de Quim Sangrà y Eduard Armengou, dos apasionados de esta ciencia. Sus viajes siempre comienzan igual: con un estudio genealógico pormenorizado de la persona o familia que requiere sus servicios, que tiene en cuenta tanto los "métodos clásicos de búsqueda" -como la documentación- como la investigación en internet y, sobre todo, su experiencia y sus contactos, basados en diferentes colaboraciones a lo largo de los tres años que llevan ofreciento este servicio.

Estos expertos suelen explorar hasta a la sexta generación, "aunque se puede llegar más atrás o quedarse antes", aclaran, y presentan los resultados en un libro encuadernado y una "caja-archivo" que "puede servir de contenedor para nuevas informaciones o futuras ampliaciones".

En su caso, a la hora de elegir destino concreto, se limitan a orientar al cliente "según sabemos si de cada zona o población se puede encontrar más o mejor información personalizada", explican. "Una vez seleccionado el destino, hacemos una investigación local al detalle, determinando no solo en qué pueblos o comarcas vivían los ancestros, sino que procuramos documentar los lugares: las casas donde vivían, sus oficios, sus propiedades -si las tenían- sus relaciones con el vecindario, etc."

Así, TurisGen intenta llegar hasta lo más hondo de nuestra historia, con información que cubre incluso "por qué se casaron los tatarabuelos entre ellos y no con otros o por qué motes eran conocidos", relacionando todo ello con el contexto histórico, económico y social en el que vivieron.

"Intentamos trazar un verdadero viaje al pasado, donde podamos 'tocar' realmente la realidad de nuestros antepasados", cuentan. Esta es precisamente la razón de que no trabajen con kits.

"Los resultados de ADN suelen hablarnos de un origen histórico muy alejado; esto puede ser 15 generaciones atrás, o 55. Esta escala escapa por completo de nuestro ámbito temporal, que es aquel que puede estar documentado y que, en nuestro caso, alcanza -con mucha suerte y una mínima fiabilidad- desde el siglo XVI hasta nuestros días. Es decir, la información del ADN es complementaria, pero a nosotros no nos sirve encontrar ADN africano de una familia, porqué quizás ese ADN procede del año 2000 aC y en ese escenario, cualquier suposisicón es pura elucubración", argumentan.

[video=youtube;tyaEQEmt5ls]https://www.youtube.com/watch?v=tyaEQEmt5ls[/video]