Acostumbrados a la incertidumbre económica, los argentinos miran con escepticismo el giro en la política cambiaria del Gobierno, que consideran "no variará en nada la situación actual", aunque se mantienen alerta ante un posible incremento de los precios consecuencia de la depreciación del peso.

La flexibilización de las restricciones cambiarias anunciada por el Ejecutivo de Cristina Fernández la semana pasada y detallada hoy por el titular del Fisco argentino, Ricardo Echegaray, no ha levantado grandes expectativas entre los ciudadanos y tampoco ha logrado desestabilizar, por ahora, el mercado informal de divisas.

"Para comprar dólares lo primero que tenés que tener es un sueldo de 7.200 pesos (900 dólares) demostrados, el Gobierno retiene un 20 % y está la opción, si no se quiere la retención, de dejarlos un año en el banco. Yo no voy a comprar", explicaba hoy un vecino de Buenos Aires.

"Me parece una buena decisión, sobre todo porque bajaría el dólar negro, uno camina por la calle y miles de personas venden en negro. Me parece buena oportunidad par ahorrar en dólares. Falta ver qué impacto tiene en la economía", indicó un joven estudiante.