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Pese a los esfuerzos que América Latina en general ha hecho en función de estabilizar sus economías, una región competitiva a partir de privatizaciones y desregulaciones con menor carga de impuestos para las empresas –las recetas del Consenso de Washington- la inversión extranjera directa continúa cayendo en la región.

Según una publicación reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) el monto total de la inversión extranjera directa (IED) cayó en la región –por tercer año consecutivo- durante 2017. El gran total que alcanzó para este último año reportado fue de 161,673 millones de dólares, lo que constituye un 3.6 por ciento menos que en 2016 y un 20 por ciento menor a los montos que la región llegó a tener en 2011.

La situación no deja de preocupar, fundamentalmente debido a que estos descensos ocurren en condiciones dinámicas de la economía internacional, en donde prevalece una elevada liquidez monetaria, con notables beneficios a grandes corporaciones y optimismo prevaleciente en los mercados financieros. En todo caso, la región se ve con menos recursos y el crecimiento económico sostenible y sustentable, aquel que es capaz de generar emprendimientos y empleos de calidad, puede verse rápidamente afectado.
Es de subrayar no obstante, que ese es el dato global para la región. Lo que afecta es el notable descenso en IED en las dos más grandes economías de la región: México y Brasil. Otros países en cambio aumentaron este tipo de inversión. Este fue el caso de Centroamérica, región que por cuarto año consecutivo aumenta este indicador, especialmente en El Salvador. Argentina y Guyana también aumentaron la IED.

En otros países la situación tendió a estancarse, tal el caso de Colombia que se queda casi inamovible con cerca de 12,000 millones de dólares de IED. Otros países en donde este indicador se mantuvo también estable son: Costa Rica, Panamá, Guatemala y Perú. En los países en los cuales la IED cayó incluyen a los citados casos de México y Brasil, además de Trinidad y Tobago, Chile, Ecuador y Jamaica.

Es imprescindible promover los niveles de inversión y de reinversión en las economías con el fin de aspirar a mejorar los niveles de desarrollo. Se requiere de crecimiento económico que se encuentre basado en mercados incluyentes o inclusivos, que sea eficientemente productivo, equitativo en lo social y sostenible en lo ecológico.

Muchos de los problemas novedosos que se enfrentan en la actualidad empresarial es que se requiere de mayores niveles de inversión para la generación de empleo de calidad. Esto se debe a la mayor sofisticación en los procesos de producción y distribución de bienes y servicios. Los puntos de equilibrio de tales producciones, también tienden a alcanzarse con mayor tiempo al comparar las mismas, con procesos más tradicionales, que poseen menor sofisticación tecnológica.