La administración Trump anunciará a menos tardar el lunes un arancel de 10% a US$200.000 millones en productos importados desde China, medida contra la cual el gobierno del país asiático ya informó que tomará represalias, según tres personas cercanas al asunto.

El gravamen corresponde a menos de la mitad del 25% que el Gobierno estadounidense tenía previsto en un comienzo. Aún así, los consumidores del país podrían sentir los efectos de la medida al consumir productos cotidianos, ya que con esto el total de importaciones chinas sujetas a aranceles ascenderá a US$250.000 millones, aproximadamente el 50% de los envíos totales del gigante asiático a EE.UU. el año pasado.

El presidente Donald Trump cumplirá con su promesa de castigar a China por supuestas prácticas comerciales injustas, pese a que este mes el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, llamó a reanudar el diálogo comercial con Pekín. Funcionarios chinos han señalado que no se reunirán con Mnuchin si se aplica esta nueva ronda de aranceles, según dos personas con conocimiento del tema.

No fue posible contactarse con la Casa Blanca para conocer sus comentarios.

Las empresas estadounidenses se han opuesto firmemente a los aranceles y argumentan que pueden elevar los precios del sector minorista. Del mismo modo, Apple aseguró que la medida afectaría a una amplia gama de productos que utiliza en sus operaciones en EE.UU.