Cada uno de los 42.195 metros que recorrió Eliud Kipchoge fue agrandando la magnitud de la hazaña del corredor keniata, que logró al pulverizar el récord de la maratón en 78 segundos.

Con un tiempo de 2 horas 1 minuto y 39 segundos, Kipchoge completó la mayor demostración de velocidad y resistencia que jamás se había visto, tan asombrosa que incluso es comparada al momento cuando el jamaiquino Usain Bolt paró en 9 segundos y 58 centésimas el cronómetro en la final de los 100 metros planos de los Mundiales de Atletismo de Berlín en 2009.

Y no es coincidencia que la capital alemana haya vuelto a ser testigo de un hecho sin precedentes, un hito que, al igual que el logrado por Bolt, dejó abierta la interrogante de hasta dónde podrá llegar el cuerpo humano.

Aprovechando las condiciones que ofrece el maratón de Berlín, Kipchoge pulverizó la marca que estableció su compatriota Dennis Kimetto en el mismo escenario en 2014 (2:02'57") al correr la distancia en un promedio superior a los 20 kilómetros por hora.

Lo más impresionante fue que corrió la segunda mitad de la distancia más rápido que la primera, rematando los últimos 2.195 metros en un tiempo de 6 minutos y 8 segundos. Eso significa una velocidad de 21,47 km/h.

Fue precisamente en esa parte de la prueba cuando Kipchoge se quedó solo, sin la ayuda de las tras liebres que lo acompañaban en la carrera.

"No tengo palabras para describir este día", declaró quien es considerado el mejor maratonista de la historia, ganador de 10 de los 11 maratones que ha disputado.

"Estoy muy agradecido, feliz de haber destrozado el récord mundial".

¿Dos horas?
Los 78 segundos que bajó la marca es la mayor diferencia alcanzada en 50 años, cuando el australiano Derek Clayton superó la marca del japonés Morio Shigematsu en un minuto y 23 segundos.

"Fue duro", reconoció el ganador de la medalla de oro en las Olimpiadas de Río 2016.

"Corrí mi propia carrera, confiando en mis zapatos, mi programa mi entrenador. Eso fue lo que me motivó en los últimos kilómetros".

Fue tal la demostración de poder de Kipchoge que la pregunta que vuelve a surgir es si el ser humano será capaz algún día de romper la barrera de las dos horas, reto que el mismo corredor keniata intentó en 2017, pero que no lo pudo lograr por 26 segundos.

Ese tiempo no es reconocido oficialmente ya que contó con la ventaja de de contar con un auto que le cortaba el viento y liebres que se turnaban para marcarle el paso.