“El Parque Nacional del Huascarán se creó en 1975 con la principal motivación de proteger la cordillera tropical más alta del mundo y la de mayor extensión”, explicó a Efe el director del parque, Edson Ramírez.
En sus 340.000 hectáreas de extensión, el parque engloba el 90 por ciento de la cordillera Blanca, desde una altitud de 2.400 metros hasta la cumbre del Huascarán, a 6.758 metros de altura. Allí conviven pumas y osos andinos, zorros y vizcachas (roedor andino semejante al conejo), así como unas 210 especies de aves.
Ramírez contó que el 80 por ciento de los montañistas que van al parque hacen ‘trekking’ o caminata y el 20 por ciento, montañismo. “Suben a una montaña pequeña como Vallunaraju, el Pisco o el Mateo, de 5.150 metros de altura, o se van al Alpamayo, que es más difícil de subir para los turistas pues es de 5.947 metros”, afirmó.
El año pasado, el parque recibió 16.000 visitantes para hacer deportes de aventura como el ‘trekking’ y la escalada, que suelen desarrollarse en unos 21 días, especialmente entre los meses de junio y julio, cuando también se organizan festivales de andinismo en Huaraz, la capital de Áncash.
El director del parque explicó que la cordillera Blanca tiene la ventaja de la accesibilidad, de la cual carecen otras 18 cordilleras nevadas en Perú.
“Un montañista puede hacer el Huascarán en cinco días o puede hacer el Alpamayo, que es uno de los más lejanos, en ocho días, ida y vuelta. Esa es la ventaja del Huascarán: como ha habido un desarrollo poblacional alrededor de la cordillera, es más fácil llegar hasta él”, indicó Ramírez.
Anualmente, el Festival de Andinismo Cordillera Blanca convoca a más de 300 visitantes de diversas nacionalidades.
Su promotor, Benjamín Morales, le contó a Efe que este año introdujeron el aerotlón, un deporte que consiste en correr hasta un punto alto, luego volar en parapente y terminar con un circuito de ciclismo de montaña en el distrito de Taricá, a 20 minutos de Huaraz.
La práctica del esquí es más compleja porque, a diferencia de los escaladores, que tienen su propio proyecto de ascenso a los nevados, los esquiadores requieren transporte, y la montaña no cuenta ni con rutas establecidas ni con instalaciones para esta disciplina.