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SubscribeLa situación financiera de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sigue siendo precaria pues el déficit de efectivo de su presupuesto regular está aumentando, se indicó en un informe de su secretario general, António Guterres.
Guterres escribió a todos los Estados miembros de la ONU el 25 de julio para dar la voz de alarma sobre la preocupante situación del organismo mundial.
En su informe más reciente, dado a conocer al público este miércoles, Guterres dijo que el déficit del presupuesto regular de la ONU había llegado a 365 millones de dólares para el 30 de septiembre de 2018, en comparación con los 139 millones de dólares registrados hasta el 30 de junio, reseñó Xinhua.
“La situación del efectivo del presupuesto regular sigue siendo precaria y los déficits están creciendo y surgiendo con más anticipación en el año”, se indicó en el informe para la Asamblea General de la ONU.
El déficit del presupuesto regular tiene que ser cubierto en parte tomando prestado de las cuentas de las operaciones de mantenimiento de paz de la ONU cerradas, indicó.
Para el 30 de septiembre, 141 Estados miembros habían pagado por completo sus aportaciones al presupuesto regular, siete más que para la misma fecha del año pasado.
En el informe, el secretario general dio las gracias a los Estados miembros que han cumplido plenamente con sus obligaciones con respecto al presupuesto regular y exhortó a los demás Estados miembros a seguir el ejemplo.
La salud financiera de Naciones Unidas sigue dependiendo de que los Estados miembros cumplan con sus obligaciones financieras de forma completa y a tiempo. Un sólido flujo de efectivo es esencial para que la organización cumpla con sus mandatos, señaló el informe.
El presupuesto regular bienal de la ONU para 2018 y 2019 es de cerca de 5.400 millones de dólares. Estados Unidos es el principal contribuyente, seguido de Japón, China, Alemania, Francia y Reino Unido. Estos seis países combinados representan más de la mitad del presupuesto regular de la ONU.
El organismo mundial tiene un presupuesto separado mayor para el mantenimiento de paz en el que Estados Unidos también es el principal contribuyente.
