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Ha sido otro día miserable para Wall Street, la sede de la bolsa de valores de Nueva York y el corazón del sistema financiero internacional. Un día después de que la Reserva Federal anunciara aumentos en las tasas de interés, el índice de acciones bursátiles Dow Jones ha caído más 450 puntos o un 2%, sumando pérdidas de más de 1.700 puntos desde el viernes pasado

El descalabro de este diciembre para el Dow Jones, que cotiza las principales acciones industriales, ha sido de más del 10%, lo que lo encamina a su peor pérdida mensual en casi una década. El índice Nasdaq de tecnología, por su parte, ha caído casi un 20% desde el pico alcanzado en agosto.

Las tasas de interés son una de las herramientas más poderosas que tiene la Reserva Federal, una institución pública independiente del Gobierno, para manejar los hilos de la economía. En general, entre más suben estas tasas, más sube el precio del dinero, se encarecen los préstamos bancarios, por ejemplo, y las hipotecas. Como consecuencia, la economía se desacelera.

En ocasiones esto puede ser necesario para evitar que haya una inflación desmedida, pero la reacción de los mercados ha despertado temores de una posible recesión en 2019.

¿Pero qué significa todo este movimiento caótico en Wall Street y cómo podría afectarle a usted?

La economía mundial se está enfriando, persiste el miedo a las consecuencias de la guerra comercial entre Estados Unidos y China pese a los amagos de tregua, y la Reserva Federal ha vuelto a subir las tasas de interés.

“Las incertidumbres sobre nuestra economía se han disparado”, explica el analista Sung Won Sohn a la agencia de noticias The Associated Press.

Por ahora los mayores temores son que el próximo año la economía pueda dirigirse hacia una recesión, es decir, hacia un decrecimiento del Producto Interno Bruto (la suma del valor de todos los bienes y servicios producidos en un país) por dos trimestres consecutivos. Sin embargo, es imposible predecir si este peor escenario se materializará.

Por el momento, el mayor peligro es el miedo mismo. Al fin y al cabo, la Bolsa cae cuando más gente vende que compra, y nada propulsa más las ventas que el miedo a perder dinero.