El Estado español tiene la electricidad más cara de Europa, sólo por detrás de Irlanda y Chipre, países insulares de escasos recursos hidráulicos que tienen que importar una parte sustancial de la energía que consumen. En España, el precio de la unidad de potencia de la electricidad, el Kwh, es un 27,6% más caro que la media de la UE, según la agencia de estadísticas de la UE, Eurostat.