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Las dudas sobre la posibilidad de que la primera ministra británica, la conservadora Theresa May, logre el respaldo del Parlamento a su acuerdo del “brexit” persisten después de que sus socios del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP) reiteraran hoy su oposición al texto.

May necesita los votos del DUP y el sector más euroescéptico de su partido para superar una votación prevista para la tercera semana de enero, pero el portavoz para el “brexit” del DUP, Sammy Wilson, aseguró que “no existe” fórmula alguna que pueda variar su postura y un amplio grupo de “tories” se mantiene asimismo en contra.

Los norirlandeses argumentan que el pacto al que ha llegado la primera ministra con Bruselas les obligaría a tratar al resto del Reino Unido como “un país tercero” y quedarían excluidos de los acuerdos comerciales que firme Londres con otros Estados tras su salida de la Unión Europea (UE).

Con todo, May aún confía en obtener nuevas concesiones por parte de la UE que mitiguen las críticas y faciliten el paso por la Cámara de los Comunes del pacto, al que los 27 socios comunitarios restantes dieron su visto bueno a finales de noviembre.

May, que mantendrá una nueva ronda de contactos telefónicos con líderes europeos en los próximos días, pide garantías legales de que el Reino Unido no quedará atado de forma indefinida a las estructuras comunitarias en contra de su voluntad debido al mecanismo de salvaguarda diseñado para evitar una frontera en Irlanda del Norte.

La falta de una mayoría parlamentaria obligó a la jefa de Gobierno a posponer en diciembre la votación del acuerdo para evitar una amplia derrota.

Los Comunes retomarán el próximo miércoles el debate sobre el texto, que previsiblemente será sometido a votación la siguiente semana.

A mitad de diciembre, 117 de los 317 diputados del Partido Conservador votaron en contra del liderazgo de May en una moción de confianza interna, un resultado que no le obligó a dejar el cargo pero aumentó las perspectivas de que un amplio grupo de “tories” se rebele contra el Gobierno en el Parlamento y vote contra el acuerdo.

Las escasas perspectivas de que el pacto sea ratificado por los diputados británicos han incrementado en los últimos días el temor a que el Reino Unido se vea abocado a abandonar la UE sin un acuerdo el 29 de marzo.

Las principales universidades del país se sumaron hoy a las múltiples advertencias sobre las consecuencias negativas que supondría ese escenario.

El llamado Russell Group, que engloba a los principales centros investigadores del país, incluidas las universidades de Cambridge y Oxford, han alertado de que los ciudadanos comunitarios que se han matriculado en sus programas de posgrado este curso han caído un 9 %.

Ante esa tendencia, los centros de educación superior sostienen que una salida de la UE sin acuerdo pondría en peligro el atractivo que supone actualmente el Reino Unido para los mejores alumnos y académicos del mundo.

El sector de las universidades contribuye con más de 2.000 millones de libras (2.220 millones de euros) al Producto Interior Bruto británico (PIB) y da trabajo a 944.000 personas, por lo que los centros de educación superior han pedido al Gobierno en una carta abierta que tome medidas para evitar un impacto negativo del “brexit”.

En particular, reclaman al Ejecutivo de May que garantice que cubrirá los fondos comunitarios dedicados a la investigación que las universidades británicas puedan perder tras el “brexit”.

“Sin unas garantías inequívocas, los mejores académicos e investigadores del mundo podrían irse a países donde los fondos del Consejo Europeo de Investigación (ERC, en inglés) no estén en riesgo, y aquellos que actualmente están pensando en venir al Reino Unido se lo podrían repensar”, señala una carta firmada por la presidenta de la asociación Universities UK, Janet Beer.

La falta de concreción sobre los términos bajo los que el país abandonará el bloque comunitario pueden llevar asimismo a la economía británica al menor crecimiento desde el referéndum de 2016, en el que el 51,9 % de los votantes optaron por el “brexit”.

Según una estimación de la consultora IHS Markit, el PIB del Reino Unido creció en torno a un 0,1 % en el último trimestre de 2018, por debajo de la media del 0,5 % que ha registrado la economía del país tras la crisis económica.

El economista jefe de la firma, Chris Williamson, afirmó que se necesita claridad sobre el futuro del país “urgentemente para prevenir que la economía se desplace hacia una contracción”.

Con información de EFE