El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, pidió hoy a los neoyorquinos que se puedan ver afectados por el cierre del Gobierno Federal que se preparen “para lo peor”, si la crisis gubernamental en Washington continúa hasta marzo.

“El cierre del Gobierno Federal está a punto de tener un impacto terrible para casi dos millones de neoyorquinos. (El presidente de EE.UU., Donald) Trump cerró el Gobierno por una falsa crisis de seguridad en la frontera y ahora está creando una crisis humanitaria en la ciudad”, dijo De Blasio en una rueda de prensa.

El Gobierno lleva bloqueado 26 días por la negativa del partido Demócrata, al que pertenece De Blasio, a aceptar unos presupuestos que incluyan la financiación de un muro de seguridad en la frontera con México, como pretende Trump, del partido Republicano.

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El alcalde advirtió que si no hay un acuerdo para la reactivación del Ejecutivo, la ciudad dejará de recibir 500 millones de dólares en fondos federales directos, lo que afectaría a 1,6 millones de personas que compran comida gracias a un programa federal de 230 millones de dólares mensuales para cartillas de racionamiento.

Las familias receptoras de este programa reciben mensualmente una media de 230 dólares cada una.

“El 1 de marzo, no le va a llegar dinero a la gente que la espera para comida”, subrayó De Blasio, que habló también de las ayudas que reciben 280.000 neoyorquinos para pagar sus alquileres o de los 26 millones destinados a un programa para ofrecer alimentación básica a más de 300.000 mujeres y niños.

De Blasio, que dibujó un oscuro y dramático futuro durante su comparecencia, subrayó: “Está crisis puede quitarle la comida de la boca a nuestros niños”.

“Estoy siendo realista, porque el impacto es tan enorme que la gente lo tiene que entender (…). (La situación) es peor de lo que nunca había imaginado, por eso es mi obligación decirle esto a la gente; si pensara que todo fuera a ir bien, lo diría, pero es la primera vez que debo decir que no estamos bien”, subrayó el alcalde.

Los cortes de fondos federales afectarán también, además de a los trabajadores federales, que ya no cobran sus sueldos, a programas de lucha contra los opioides, a partidas de ayuda a los sin techo o a planes de alimentación en las escuelas.

“No sabemos qué hacer, pero debemos tener en cuenta la posibilidad de que esto continúe meses y meses, incluso un año entero, porque estamos tratando con un presidente como nunca habíamos visto otro” dijo De Blasio, antes de acusar a Trump de ser impredecible.

La Alcaldía ha abierto una página para ofrecer ayuda a las personas afectadas para ofrecerles desde apoyo psicológico hasta económico para ayudar al pago de facturas.

Además, y al igual que en muchas partes del país, varios restaurantes y tiendas se han ofrecido a ayudar a los trabajadores federales.

La cadena de restaurantes y zumos Funbars aseguró a Efe en un correo electrónico que ofrecen a los trabajadores federales zumos gratis en dos de sus negocios y aperitivos y cerveza en otro.

“Simplemente estamos intentado echar una mano a aquellos que han sido forzados a no trabajar durante este tiempo”, aseguró un responsable de la empresa.

El abogado y activista Cesar Vargas, en contacto con trabajadores federales en el barrio neoyorquino de Staten Island, declaró a Efe que el cierre del Gobierno ya se está sintiendo en los tribunales, donde cientos de procesos civiles han sido pospuestos por falta de personal.

Vargas destacó, como ejemplos, las solicitudes de residencia o de formalización de la situación legal.

Asimismo, apuntó irónicamente que “Trump está logrando lo contrario de lo que pretende con la construcción del muro”, ya que, según el abogado, todos los procedimientos de extradición de indocumentados se han bloqueado y el cierre del Gobierno podría retrasarlos meses, incluso años.

“Es la única luz en todo esto”, subrayó Vargas, antes de explicar a Efe que junto a otros activistas ha mantenido contactos con trabajadores federales para lanzar iniciativas de ayuda o de recogida de fondos en caso de que la crisis gubernamental continúe.

Según Vargas, “hasta el momento las consecuencias han sido psicológicas”, gracias a que con los ahorros, los trabajadores aún no han sufrido las consecuencias económicas del corte de fondos.

Sin embargo, explicó que la ONG en la que trabaja está estudiando la posibilidad de abrir un fondo de microfinanciación a finales de mes para ayudar a las personas afectadas.

Con información de EFE