A varios estados mexicanos llegan viajeros interesados en servicios turísticos que combinan la divulgación científica con el cuidado del medio ambiente.

Los hermosos y estrellados cielos de México lo han convertido en el segundo país de América Latina en que más se practica el astroturismo, una nueva tendencia dentro de los viajes sustentables que combina la contemplación y la quietud con el respeto al medioambiente.

Casas edificadas sobre un árbol en mitad del bosque o remotas y acristaladas construcciones en parajes desérticos son algunos de los destinos que eligen los viajeros, quienes necesitan de dos cosas indispensables para esta experiencia: el cielo y un telescopio que les permita adentrarse en su profundidad. La búsqueda de una experiencia diferente es esencial para entender el auge de este tipo de turismo.


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No obstante, de acuerdo con información proporcionada por la plataforma de hospedaje Airbnb, 72 % de los viajeros dicen que “los beneficios ambientales a la hora de elegir alojamiento influyeron en su elección”, por lo que sí existe una conciencia ambiental en la decisión. “Cada vez más va creciendo el interés por viajar de una manera más amigable con el medioambiente, ya que los viajeros se van interesando más en conectar con la naturaleza”, indica la plataforma.

Asimismo, considera que eventos concretos como “lluvias de estrellas y eclipses aumentan el
interés por hacer astroturismo”. Actualmente, en la plataforma hay tres mil anuncios de alojamientos que incluyen telescopios, y en México existen más de 280 hospedajes relacionados con temas astronómicos.

Más allá del alojamiento, Airbnb ofrece algunas experiencias específicas para observar el cielo estrellado en las que el turista es guiado e instruido por expertos de la localidad que visitan.

Respecto a los precios, la empresa se deslinda de identificar la experiencia como un lujo argumentando que existen distintas opciones de alojamiento en las cuales los precios varían dependiendo de la zona y la temporada.

Sobre el aumento de la demanda, consideran que “el astroturismo es un segmento emergente que une la divulgación científica con el desarrollo de las zonas naturales” y que “representa una importante oportunidad económica para las comunidades que lo ejercen”. “Creemos que esta tendencia tiene un buen panorama a futuro”, aseguran.

Por su parte, el astrónomo Raúl Mujica cuenta que México tiene una gran tradición astronómica desde que las civilizaciones prehispánicas observaban con insólita precisión el firmamento. De hecho, según Airbnb, algunos de los destinos más visitados para el astroturismo están considerados como lugares especiales por algunas culturas indígenas.

Uno de ellos es Wirikuta, en el estado de San Luis Potosí, considerado un lugar sagrado de la cosmovisión huichol. También destaca Xochicalco, en el estado de Morelos, que desde tiempos prehispánicos fue un centro de observación de los cuerpos celestes. Mujica agrega que en lo más alto del volcán de Sierra Negra, en el estado de Puebla, se encuentra el Gran Telescopio Milimétrico (GTM), el más grande del mundo en su clase.

De acuerdo con el responsable de divulgación y comunicación del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), los cielos del norte del país son excepcionales para practicar la astronomía.

“En la parte de Baja California, en la Sierra de San Pedro Mártir, ese es uno de los mejores cielos que hay en el hemisferio norte, probablemente del mundo. Compite con los cielos de Hawai (EE.UU.) y Canarias (España)”, precisa.


Mujica describe este cielo como “muy estable y alejado de las grandes ciudades, en mitad de la Península de Baja California”.
Airbnb también destaca la singularidad de este Parque Nacional ubicado a más de dos mil metros sobre el nivel del mar. De hecho, precisan que este destino

privilegiado para observar las estrellas ha experimentado un crecimiento del número de viajeros de más 190 % año tras año.

Otros destinos de astroturismo que están experimentando gran crecimiento son Antofagasta, Chile (327 %); La Palma, España (90 %); Kiruna, Suecia (134 %), y Yarmouth, Canadá (221 %).

El INAOE por su parte también ofrece experiencias astronómicas que se diferencian del astroturismo por la utilización de telescopios profesionales y por los datos que ofrecen los especialistas al turista. (EFE) l