China ha dejado caer su moneda para luchar contra los nuevos impuestos prometidos por el presidente Trump. El debilitamiento del yuan puede frenar el efecto de los aranceles y ayudar a los exportadores, pero también puede causar salidas de capital de la economía más grande del mundo.
Beijing está tratando de estabilizar el yuan y ayudar a los mercados a recuperarse. Y se busca al yen japonés como el refugio seguro definitivo en tiempos de problemas.