La selección española femenina de balonmano perdió la final contra Países Bajos (29-30) en un encuentro muy igualado, que se decidió en los últimos segundos cuando el colegiado pitó un penalti polémico, en el cual Lois Abbingh no falló y sentenció el partido. Las ´Guerreras´ recibieron la medalla de plata en el Mundial de Japón 2019, y consiguen realizar el mejor papel en un torneo mundialista a lo largo de su historia, superando la tercera posición lograda en Brasil 2011.
Quedaban 21 segundos y las españolas, tras remar y remar como espartacas, lograron disponer de posesión para llevarse la gloria. Pidió tiempo muerto Carlos Viver para preparar la ofensiva final. La lógica dictaba que había que apurar al máximo el tiempo para no dar oportunidad al contragolpe holandés. Victoria o prórroga, no debía caber otra opción. Pero Shandy Barbosa lanzó a falta de 10 segundos. Wester detuvo el tiro y buscó el pase rápido en largo para sus compañeras, que habían salido en estampida hacia la portería de Darly Zoqbi. Ahí se interpuso Ainhoa Hernández, que saltó de forma instintiva para blocar el envío de la meta. La pivote vasca tenía los pies fuera del área, pero las colegiadas interpretaron que los brazos invadieron la zona interior. En ese caso, la normativa es implacable: tarjeta roja y penalti.
Apenas una hora después de posar sonrientes con la medalla de plata al cuello, la selección española de balonmano se dirigía en absoluto silencio hacia su hotel en Kumamoto (Japón). Nadie pronunciaba una sola palabra en el autobús. El penalti en los últimos segundos que regaló a Holanda el triunfo en el Mundial dejó una sensación agridulce. España acababa de conseguir el mejor resultado de su historia, sí, pero el oro había estado tan cerca que el segundo puesto sabía a poco. Nerea Pena comentó que “duele mucho, hemos estado muy cerquita, lo hemos rozado. Conseguir una medalla de plata es algo impresionante, pero hemos tenido opciones de al menos forzar la prórroga. Es una sensación rara. El seleccionador, Carlos Viver, coincidía: “Es muy duro tener que administrar una situación así. Creo que nos lo hemos dejado todo”.