Los hechos recientemente sucedidos en Venezuela constituyen un punto de fundamental referencia para las personas amantes de la democracia. Ello puede darse bajo varias circunstancias, en donde se puede imaginar los escenarios posible para el próximo devenir en este país.
El primero podría consistir en que las conversaciones para dar por terminado el conflicto entre el presidente nombrado por el congreso y el señor Maduro partirían de una predisposición para avanzar y ceder en los puntos en que se empiecen a dar desacuerdos.
El segundo tomar en cuenta la alternativa que da el gobierno de los Estados Unidos como palanca de presión en las conversaciones. No como una amenaza sino como un elemento de sutil insistencia para que el señor Maduro entre en sus cabales y toma decisiones acordes con la realidad.
El centro de la discusión debe partir, por tanto, de que el concepto de la democracia es el importante no el de la amenaza como tampoco el de uso y abuso de las reservas que tiene el país para que se de un flujo discriminatorio hacia los sectores políticos y económicos que por ahora están detentando todo el poder.
Debe considerarse como causa principal de los diálogos el hecho que el agotamiento del sistema político y económico imperante debe concluir. Para que ello funcione se debe iniciar el argumento de la vocación democrática y de toda una hoja de ruta de cómo conseguirlo.
Con voluntad y deseo de superar las diferencias puede lográrselo.