En el pasado la región afrontaba procesos de fuertes disrupciones económicas que la llevaban a crisis financieras con profundas caídas del PIB y del empleo por problemas de acumulación de deuda externa, excesos fiscales y monetarios, regímenes cambiarios insostenibles y sudden stops. A diferencia de esa situación, hoy la región se encuentra atravesando la fase bajista de un tradicional business cycle (ciclo de negocios), típico de los países desarrollados, donde la variación de las variables económica es más suave. Esto es así gracias a algunas fortalezas que supo construir en estos años y a la mejor gestión macroeconómica: