En la primera mitad de enero, el dólar, medido por el índice DXY, repuntó agresivamente, atizado por la abrupta subida del rendimiento de la deuda estadunidense a 10 años, que se disparó desde los 0,90% hasta el filo de los 1,18% en cuestión de días.
El fuerte movimiento alcista de los tipos de interés a largo plazo fue provocado por las expectativas de una “gran reflación” en el 2021, después de que el Partido Demócrata ganara dos escaños al Senado y se hiciera, en efecto, con el Control del Congreso.