Los datos procedentes de Europa y EE.UU. no desencadenaron ninguna reacción del mercado, ya que confirmaron lo que los inversores ya sabían. Las estimaciones preliminares de Markit para octubre sobre la producción manufacturera y del sector de servicios en la Unión indicaron que la desaceleración económica se ha extendido hasta el cuarto trimestre. Los datos de EE.UU. llegaron un poco mejor, también inclinando la balanza a favor del dólar.
El Banco Central Europeo tuvo una reunión de política monetaria, pero dada la reciente decisión de extender el estímulo mediante el recorte de las tasas y la reanudación de la compra de bonos, no fue un evento. Además, fue el último presidido por Mario Draghi, y no dio pistas de lo que hará su sucesora, la señora Christine Lagarde.
Los pedidos de bienes duraderos de EE.UU. cayeron un 1.1% en septiembre, mientras que los pedidos de bienes de capital, que no son los pedidos de bienes duraderos excluyendo el gasto de defensa y aviación, vistos como un indicador del gasto de inversión empresarial, cayeron por segundo mes consecutivo, un 0.5% después de una caída del 0.6%. Los datos generaron preocupaciones sobre el último recorte de tasas de la Reserva Federal de los Estados Unidos, que no es suficiente para apuntalar la economía.