El asunto se ha vuelto más candente con la publicación del libro de Michael Lewis Flash Boys donde el ex broker convertido en periodista denuncia que los mercados financieros estarían amañados con estas prácticas. La acusación de Lewis se enfocaba en el front running, una práctica en la que la velocidad de los traders de alta frecuencia le puede costar dinero al oponente. Así, cuando el minorista ejecuta una orden de compra, interfieren estos brokers que, con su mayor velocidad, se hacen con varios de los títulos que iba a adquirir el otro comprador y se los revenden en la misma operación. Básicamente, ejercen de aduana artificial y se interponen, comprando y ganando una plusvalía antes de que concluya la transacción. Y la mayor parte de las veces, ni siquiera queda reflejado, solo se percibe que en el paquete que se ha adquirido, no todas las acciones han sido compradas al mismo precio.