Las estadísticas estadounidenses en su mayor parte subrayaron la rápida mejora de la economía estadounidense.
Las ventas de viviendas nuevas cayeron más de lo previsto en abril, pero se mantuvieron muy activas. La inversión empresarial y el gasto del consumidor en bienes duraderos se mantuvieron saludables en abril con revisiones al alza hasta marzo. Incluso la inesperada caída del 1,3% en la cifra principal se debió a una caída del 6,2% en las ventas de automóviles y camiones. Muchos fabricantes han tenido que reducir la producción debido a la escasez mundial de chips informáticos inducida por la pandemia.
Las solicitudes iniciales de desempleo cayeron a un mínimo pandémico de 406.000, lo que apunta a un mercado laboral vibrante a pesar de los débiles números de nómina de abril.