De un escenario en el que la Fed seguiría afrontando subidas de tipos a un ritmo de prácticamente una cada trimestre, el mercado ve ahora menos probable que la entidad acometa tantas revisiones al alza de los intereses el próximo curso, lo que inevitablemente resta pujanza al billete verde.
Del mismo modo, este escenario de una Reserva Federal menos ambiciosa ha provocado también una mayor demanda de la deuda soberana a medio y largo plazo, lo que, a su vez ha derivado en una inversión de la curva de rentabilidad de la renta fija estadounidense, que ya ofrece mayores cupones en el mercado secundario para los bonos a 2 y 3 años que en aquellos con un vencimiento a 5 años.