El petróleo continuará dominando el mercado energético en 2040, pero irá cediendo terreno a otras fuentes de energía al crecer a un ritmo más lento, en un entorno incierto debido a las políticas proteccionistas y a las medidas para frenar el calentamiento del planeta.
Ese es el panorama presentado este martes en Viena por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en su informe anual "Previsiones Mundiales de Petróleo 2019" (WOO, en inglés), que actualiza la perspectiva a mediano y largo plazo.
Los catorce meses pasados desde la publicación del anterior WOO, en septiembre de 2018, han sido "desafiantes para los mercados energéticos", indica el documento.
"Han aparecido signos de estrés en la economía mundial y las perspectivas de crecimiento de la economía mundial, al menos a corto y mediano plazo, han sido revisadas a la baja repetidamente durante el año pasado", recuerda.
Un crecimiento demográfico más lento y la mejora en la eficiencia energética han resultado en una desaceleración del consumo de energía, mientras que el desafío de reducir las emisiones de CO2 ante la crisis climática han dado lugar a un amplio y variopinto abanico de medidas contra los hidrocarburos.
En consecuencia, la OPEP ha reducido un 6 % su cálculo sobre la evolución de la demanda mundial de crudo en los próximos veinte años: ahora estima que llegará a 110,6 mbd hacia 2040, frente a los 111,7 mbd vaticinados en 2018.