El Forex es una oportunidad de negocio que puede llegar a ser bastante rentable. No obstante, operar con divisas nos puede conducir a experiencias sin éxito alguno, si no estamos lo suficientemente capacitados.

Ahora, la capacitación misma no es sólo un asunto teórico, por lo que la práctica es indispensable para ir estructurando una estrategia adecuada y, de paso, para adquirir experiencia. Las cuentas demo se constituyen en la herramienta ineludible para tales propósitos.

Sin embargo, algunos factores psicológicos conducen a los principiantes a quedarse practicando por más tiempo del necesario. El miedo es, fundamentalmente, el factor que más incide en este fenómeno.

Ahora, operar con una cuenta real (y dinero real, obviamente) es lo que verdaderamente conduce al principiante a desarrollar las habilidades mentales necesarias para ser exitosos en este negocio.

La necesidad de "forzar y acostumbrar al cerebro" sólo se presenta cuando se arriesga dinero real. Si bien es cierto que las cuentas demo son imprescindibles, también es cierto que en ellas se opera con una disposición mental relajada, si se quiere.

Algo similar sucede con los pilotos novatos de aeronaves. Si se quedan practicando por demasiado tiempo en el simulador de vuelo, es mucho lo que tardarán en lograr éxito con un avión real.

Es así como, con las cuentas demo sucede exactamente lo mismo. ¿Cómo será posible obtener utilidades sin una cuenta real?

Usualmente las cuentas de prueba trabajan con precios diferentes a los de las cuentas oficiales, por lo que mediante ellas es imposible involucrarse en experiencias perfectas.

Algunos expertos recomiendan trabajar con las "cuentas demostración" por tan sólo dos o tres meses. Consideramos que esta posición es un tanto extrema, por cuanto la práctica es absolutamente indispensable para el éxito ulterior.

Además, los practicantes normalmente ostentan un trabajo estable que no les permite "simular" con intensidad en tan corto tiempo.

Todo dependerá, en consecuencia, de las circunstancias específicas de cada practicante. Es más, es normal y hasta conveniente una pequeña dosis de temor, en vista de que lanzarse a la operación oficial sin la debida práctica, puede llevar al novato a desertar del emprendimiento.

O, lo que es peor aún, a reincidir recurrentemente para tratar de recuperar lo perdido. Por tales razones, consideramos bastante temerario e imprudente establecer una estandarización respecto del tiempo en que se debe practicar con las cuentas demo.

De todas maneras, es necesario que cada quien establezca un tiempo prudencial, al término del cual se debe entrar a operar con dinero real pero, eso sí, arriesgando sumas prudentes.

No se trata de que, "como ya estoy preparado y obtuve una buena cantidad de %91 ganancias%92 en la cuenta de prueba", se puedan arriesgar cantidades importantes al principio.

La plataforma de negociación desempeña un rol fundamental. Si nos hacemos a una plataforma adecuada tanto para la práctica demo, como para la operación real, los riesgos se pueden minimizar, que es lo mismo que decir que las ganancias se pueden maximizar.

Otro factor importante se constituye en el hecho de que se deben arriesgar sumas que estén disponibles, esto es, que no se trate de dinero necesario para otros destinos fundamentales.

Quien pretenda vender su casa para invertir en Forex, estará totalmente desenfocado y, muy posiblemente, lo perderá todo. La prudencia es un ingrediente fundamental a la hora de pasar de las cuentas demo a una cuenta oficial.

El mejor camino consiste en arriesgar sumas que representen una adecuada "tolerancia al riesgo". A medida que se vaya adquiriendo experiencia y, de paso, se vaya estructurando una estrategia exitosa, ya será necesario (más que conveniente) invertir sumas importantes.

Si nunca llegamos al punto de invertir sumas considerables, el éxito será imposible sencilla y llanamente. Pero, de todas maneras, es importante tener en cuenta que no existe un sistema de gestión de riesgo "rígido e infalible".

Si así fuera, por mera lógica, todo el mundo ya se habría hecho rico con el mercado de divisas. Cada inversionista sabe (y sólo él lo sabe) cuál es su propia tolerancia al riesgo y, por ende, cual es el sistema de gestión de riesgo que más le conviene.

Por tal motivo, es más conveniente medir el riesgo en dólares y no en porcentajes o "pips". La "dolarización" en la manera de operar, es la que le permite a cada inversionista (en su intimidad) medir las posibilidades de ganar y perder.

Para ir concluyendo: es necesario programar el cerebro o, si se quiere, forzarlo a pasar de la comodidad de las cuentas demo, que ninguna ganancia nos deparan, a la inversión real.

Es la única manera de obtener éxito. Ahora, si el inversionista se está desajustando emocionalmente, es importante que tenga en cuenta que en todo negocio se gana y se pierde.

Y que, además, el hecho de estar arriesgando pequeñas cantidades es un motivo de relativa tranquilidad.