El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, cumple hoy tres años en el cargo marcados por la intensa austeridad, una carga pesada que intenta ahora dejar atrás para remontar en los sondeos y luchar por la reelección en 2015.
El dirigente conservador enfila el último año de legislatura por detrás en todas las encuestas, aunque cuenta con la mejora de la economía y del desempleo como su mayor activo para intentar dar la vuelta a la situación.
El líder del Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha) cumple en julio 50 años y después de dirigir el país durante la peor crisis de su historia reciente, nadie duda en Portugal de que volverá a ser candidato en las legislativas del próximo ejercicio.
Mientras que el principal grupo de la oposición, el socialista, vive inmerso ahora en una nueva batalla interna por el poder en la que se dirimirá quién será su representante en esos comicios, Passos Coelho parece haber acallado las voces más críticas dentro de su propio partido, otrora numerosas y visibles.
Incluso su alianza con los democristianos lusos, gracias a los cuáles cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento, pasa por un momento dulce después de que el pasado verano se desencadenara una crisis que colocó la coalición al borde de la ruptura.
El Ejecutivo apunta al cierre del rescate y el consecuente adiós a la tro**a como su principal logro durante este difícil período, y confía en que la todavía tenue recuperación económica se consolide para poder presumir de gestión.