El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, descartó hoy disminuir el impuesto a los combustibles para bajar la tarifa al consumidor, que actualmente es una de las más altas de los últimos años.
"No es viable porque significaría un aumento inmanejable del déficit fiscal", que a mayo de este año suma el 2,2 % del producto interno bruto (PIB), expresó Solís en una conferencia de prensa posterior al Consejo de Gobierno semanal.
Hace algunos días el mandatario pidió a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) una explicación de cómo se calculan los ajustes de las tarifas de los hidrocarburos con el fin de buscar alternativas para reducirlas.
La Aresep planteó la posibilidad de bajar o eliminar el impuesto, que supone un 30 % del precio de la gasolina al consumidor.
En la actualidad el litro de gasolina súper cuesta 787 colones (1,43 dólares) y el de gasolina regular 761 (1,38 dólares).
El presidente Solís afirmó que anualmente este impuesto genera al Estado unos 730 millones de dólares, equivalente al 12 % de los ingresos tributarios del país y a un 2 % del PIB.