La Universidad de Harvard ha decidido crear un departamento central que busca investigar los casos de acoso sexual que se produzcan en la institución y que afecten a profesores, estudiantes o personal administrativo.
El departamento, que contará con investigadores especializados, tendrá jurisdicción sobre todos los colegios y facultades y pondrá fin a la fragmentación que dificultaba las investigaciones, según publicó el diario "The New York Times".
"Harvard se encuentra seriamente comprometida en fomentar un ambiente libre de discriminación y actuar en consecuencia para apoyar a las víctimas", declaró el presidente de la institución, Drew Faust, en un comunicado.
"Esta nueva política progresiva tiene como objetivo prevenir futuros incidentes de violencia y abuso sexual", enfatizó Faust.
Con la puesta en marcha de estos cambios, Harvard se coloca a la cabeza en la respuesta efectiva contra el abuso sexual, tras la ola de investigaciones en más de 55 universidades del país que el Gobierno federal anunció en mayo pasado para combatir este fenómeno muchas veces silenciado.
Alrededor de la mitad de los estados en EE.UU. tienen universidades bajo investigación, y en la lista de las instituciones afectadas figuran algunas de las más prestigiosas internacionalmente como Princeton, Berkeley o Dartmouth College.
Las universidades están bajo investigación por posibles violaciones al Título IX, una regulación que prohíbe la discriminación de género en los centros educativos que reciben fondos federales. Muchas víctimas han recurrido a esta regulación para denunciar la falta de acción de sus instituciones educativas ante las denuncias de violación o acoso.
El esfuerzo de la administración de Barack Obama se encamina a fomentar un rol más activo de las universidades a la hora de prevenir y responder a estos casos, que afectan a uno de cada cinco estudiantes del país durante su paso por la universidad.
Obama ordenó en enero pasado crear un grupo de trabajo para combatir el abuso sexual, y ese colectivo presentó en mayo un informe con sus primeras recomendaciones, entre ellas la de que las universidades hagan sondeos en sus campus sobre el problema.