Los socialdemócratas alemanes, socios minoritarios en el gobierno de Angela Merkel, han sacado adelante todos sus proyectos estrella en el primer semestre de la legislatura, levantando ampollas entre los conservadores pero sin lograr remontar en las encuestas.
La intensa actividad del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) desde que cuajó la gran coalición en diciembre ha culminado esta semana con la aprobación en el Bundestag (cámara baja) del salario mínimo interprofesional y la ampliación de los supuestos de doble nacionalidad, coincidiendo con la entrada en vigor de la jubilación anticipada.
Las tres destacaban entre las propuestas que los socialdemócratas consideraban irrenunciables de su programa y que el bloque conservador de Merkel tuvo que incluir en el acuerdo de coalición conjunto para lograr la entrada del SPD en el Ejecutivo.
El primer suelo salarial alemán -8,5 euros por hora, salvo excepciones- fue aprobado el jueves en el Bundestag y su impulsora, la ministra de Empleo socialdemócrata Andrea Nahles, lo calificó de "pieza fundamental" para la política laboral.
El parlamento dio también este jueves luz verde a la inclusión de nuevos supuestos para que los hijos de inmigrantes nacidos en Alemania puedan obtener la nacionalidad alemana y mantener la de sus progenitores, una opción hasta ahora restringida.