Estados Unidos deportó el lunes a un grupo de niños hondureños en el primer vuelo desde que el presidente Barack Obama se comprometió a acelerar el proceso de repatriar a los hijos de inmigrantes indocumentados procedentes de Centroamérica.
Huyendo de la violencia y la pobreza, un número récord de niños de Honduras, El Salvador y Guatemala cruzaron la frontera hacia Estados Unidos el año pasado, lo que desató un intenso debate sobre la forma de resolver el problema.
El vuelo chárter del lunes, procedente de Nuevo México hacia San Pedro Sula, la ciudad con la tasa de homicidios más alta del mundo, traía deportados a 17 mujeres hondureñas adultas, así como a 12 niñas y nueve niños, de edades comprendidas entre 18 meses y 15 años, de acuerdo con el Gobierno de Honduras.
Al salir del aeropuerto los niños se veían felices abordo de un autobús mientras jugaban con unos globos que les habían regalado.
Durante los últimos ocho meses, unos 52.000 niños fueron detenidos en la frontera de Estados Unidos con México, la mayoría de ellos procedentes de naciones centroamericanas. Esa cifra duplicó a la del año anterior, y se cree que decenas de miles han logrado cruzar.
Obama está enfrentando crecientes presiones para hacer frente a la oleada de menores no acompañados.
Angélica Gálvez, de 31 años, y su hija Abigail, de 6 años, que habían emigrado el 27 de mayo y las detuvieron un mes después, llegaron en el vuelo de este lunes procedente de Nuevo México.
"Decidí salir para allá porque aquí no tengo ayuda de nadie", explicó la mujer a periodistas que la abordaron en la acera tras bajarse de un bus blanco que fue dejando a los deportados en diferentes zonas de San Pedro Sula.
"Esta es solo la primera ola", señaló una portavoz de Seguridad Nacional de EE.UU. a través de un mensaje. "Contamos con enviar pronto de regreso a Honduras, Guatemala y El Salvador a otros adultos con menores", añadió.