Brasil inauguró la primera fábrica de producción de mosquitos transgénicos en el país, una tecnología que, en caso de aprobarse su comercialización, puede ayudar a combatir el dengue y el virus del ch**unguña.
La tecnología fue desarrollada en Inglaterra en 2002 y se basa en la inyección de dos genes en los huevos de los aedes aegypti, mosquito transmisor del dengue y del ch**unguña.
El primer gen sirve para producir una proteína que impide que los descendientes del mosquito lleguen a la fase adulta en la naturaleza y el segundo para identificarlo bajo una luz específica con el microscopio.
Una vez liberados, los machos transgénicos se cruzan con las hembras salvajes y dan lugar a crías no viables que mueren antes de llegar a la fase adulta, lo que reduce la población y ayuda a reducir la incidencia de dengue.
Estudios realizados en el estado de Bahía con la liberación de estos mosquitos transgénicos mostraron una reducción de más del 90% de la población salvaje en las zonas en las que fueron empleados los insectos, lo que justificó la aprobación de la tecnología por parte de la Comisión Técnica de Bioseguridad (CTNBio).
La fábrica de Oxitec de Brasil tiene una capacidad inicial para producir dos millones de mosquitos genéticamente modificados, aunque la empresa espera construir nuevas unidades en los próximos meses.