Otro tema global que puede afectar tanto la valoración relativa como las tendencias de riesgo más amplias es el estado de la pandemia. Los casos de coronavirus en todo el mundo siguen siendo inquietantemente altos, y muchas de las ciudades más grandes del mundo advierten sobre un aumento de la curva y quizás una respuesta oficial a la lucha. Dicho esto, también hay una perspectiva relativa inconfundible que se puede extraer de esta situación. Estados Unidos se ha mantenido durante mucho tiempo en contra de una segunda ola de cierre económico para combatir la pandemia a fin de apoyar la recuperación económica más amplia sobre las implicaciones de la atención médica. Lo novedoso es la indicación de que algunos otros países pueden seguir una ruta similar. El ministro de Economía de Alemania insinuó una estrategia similar para la economía más grande de Europa en caso de que circunstancias similares aflijan en el futuro.
De cara al martes, la política monetaria es quizás el tema más representativo del momento. La decisión sobre la tasa del Banco de la Reserva de Australia (RBA) es el evento más evidente en este sentido, pero yo le daría más peso a las declaraciones programadas de los líderes de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo. Jerome Powell y Christine Lagarde intentarán caminar con cuidado una línea en la que sus opiniones establezcan el tono adecuado para los especuladores. Ambos han indicado que están dispuestos a recibir más estímulos, pero las opciones reales son un misterio y, en última instancia, dudosas. Mientras tanto, los indicadores de crecimiento "rudimentarios" tienen un gran valor por sí mismos. El indicador del sector de servicios ISM fue de particular influencia para los EE. UU., Pero otros indicadores en el futuro continuarán dando forma a este argumento de valor crítico.