Nuestro cerebro es una máquina muy compleja. De hecho todavía permanece como uno de los grandes misterios para el hombre. Aún así es donde organizamos toda nuestra vida y por supuesto nuestra metodología de trading y no debemos olvidar que en nuestro cerebro es donde “se cocinan” también todas nuestras emociones. ¿Cómo dejamos que esta bomba de relojería a punto de explotar, tan difícil de manejar y controlar, sea la que mueva el mundo financiero? En este artículo os enseñaré los descubrimientos de un campo de la psicología que está siendo motivo de diferentes estudios en la actualidad: el comportamiento financiero.

Os estaréis preguntando ¿es que acaso nos comportamos de forma diferente por ser inversores? ¡Evidentemente no! Precisamente por eso debemos conocer los mecanismos de defensa que tiene nuestro cerebro… el cerebro de (casi) cualquier humano y que en cualquier otra actividad nos sirve de protección, pero en nuestro caso nos hace perder dinero, ¡nuestro dinero! De esta manera descubriremos el por qué a veces tomamos esas decisiones financieras tan desastrosas para nuestros bolsillos.

Tu cerebro piensa que eres el mejor inversor

Tu cerebro se cree el rey del parqué financiero. Las finanzas no tienen ningún misterio para ti. ¡Siempre ganarás dinero! A esto se le llama exceso de confianza. Esto sucede cuando ponemos demasiada confianza en nuestra capacidad para predecir los resultados de nuestras inversiones y por lo tanto somos más susceptibles a la volatilidad.

Tu cerebro no sabe cómo procesar la nueva información

Como tu cerebro se cree el amo de las finanzas, sus decisiones son las correctas. Da igual que nos enseñen unos gráficos que claramente caen en picado: nosotros tenemos razón y el gráfico se equivoca. Nuestro cerebro revisará ese gráfico y verá alguna divergencia, o algún gap, o algún indicador que le haga creer que tiene razón. No realizará un análisis técnico con objetividad. Se queda anclado en su ego.

Tu cerebro se centra en el pasado

Yo siempre comparo los mercados financieros con las olas del mar: están en continuo movimiento. Para entrar a navegar en este océano debemos movernos continuamente a su ritmo, ni muy despacio ni muy deprisa. La gran caída de ayer o la subida libre de esta mañana pertenecen al pasado. Ahora hay que seguir navegando. No podemos quedarnos estancados porque los tiburones nos comerán en cuanto nos descuidemos.

A tu cerebro no le gusta perder

Aceptar una pérdida es reconocer nuestro error. Supone aceptar que nos hemos equivocado y eso no comulga muy bien con nuestro ego y nuestro exceso de confianza. Por este motivo muchos traders se niegan a ver que han sido derrotados y continúan en el mercado aun cuando no tienen ni dinero en su cartera, ni lógica para realizar sus inversiones, convirtiéndose en jugadores en lugar de inversores. Cuántas veces hemos oído: “yo lo mantengo porque tiene que volver a subir” o “yo no uso el stop loss para evitar perder mi dinero”. ¡Al fin y al cabo hasta que no se realiza la venta no se ven las pérdidas!

Tu cerebro recuerda todo

Nuestro cerebro lo guarda todo. Aunque parezca mentira porque no lo recordamos conscientemente, nuestro subconsciente lo tiene todo bien archivado. Si en una inversión anterior hemos vendido y “nuestras” acciones se han lanzado en subida libre eso lo recordaremos eternamente. En la próxima inversión no querremos vender aunque estén muy por debajo de nuestro stop porque “tienen que subir, sólo es cuestión de esperar”.

A tu cerebro le gusta ir con las tendencias

Cada uno tenemos una tolerancia al riesgo debido a nuestras circunstancias personales, financieras, tiempo, etc. Ir con la tendencia nos garantiza un riesgo controlado. Cuando los mercados caen, también cae nuestra tolerancia al riesgo. Por el contrario, cuando los mercados suben también sube nuestra tolerancia al riesgo. Esto hace que algunos inversores compren demasiado caro (muy por encima de lo que pueden permitirse) y vendan con demasiadas minusvalías.

Tu cerebro es una fábrica de hacer excusas

Tu cerebro se encarga de que tú nunca tengas la culpa de tus malas inversiones. ¿Cómo? Pues fabricando excusas. Los mecanismos de defensa en forma de excusas están relacionados con el exceso de confianza. Cuántas veces hemos oído que “si no llega a ser por esa pésima presentación de dividendos de la empresa”, o “los mercados me tienen manía: cuando entro largo caen, si entro corto suben”, o “no vendo porque tienen que subir, sólo es cuestión de esperar”, o “los broker cometen muchos fallos en mi cartera”, o…

La fábrica de hacer excusas tiene un sinfín de ellas para todas y cada una de las situaciones que nos suceden tanto en los mercados como en la vida cotidiana. Seguro que tú puedes contarnos unas cuantas que tu cerebro ha fabricado para ti.

Recuerda que conocer a “nuestro enemigo”, en este caso nuestro cerebro, nos ayudará a ser emocionalmente inteligentes para poder seguir las reglas de nuestro sistema y disfrutar de nuestro trading. La mentalidad adecuada en el trading nos ayudará a avanzar en él.