Todos los traders sin excepción sufrimos enormes presiones en el mercado en momentos puntuales y estos acontecimientos hacen que suframos la maldición del trader, la euforia y la depresión. No hay remedio contra esta enfermedad si podemos llamarla como tal, mientras operemos en los mercados.

Sufriremos esas enormes emociones, cuando en minutos, horas o días hemos conquistado casi todo y sufriremos esos terribles bajones emocionales cuando en el mismo espacio de tiempo hemos perdido casi todo.

No hay excepción, no la hay, nunca la habrá. Nadie que haga trading se librará de soportar estos comportamientos emocionales mientras operamos. Unos sentiremos que hemos cambiado, al sentirnos hombres importantes ante nosotros y ante los demás, cuando pensamos que el triunfo nos pertenece por nuestro gran esfuerzo diario. Otras veces nos volveremos casi hombres solitarios, amantes de la florea y la fauna, otros amantes de la música, amantes de los animales. Pero sin excepción alguna, los hombres que hacen trading cambiarán y cambiarán sus comportamientos de vida, que les hacen inmensamente fuertes ante los fuertes y terriblemente débiles ante los débiles. Los humanos no podemos soportar la realidad la mayoría de las veces.

Ante los poderosos nos sentiremos los más fuertes, cuando se toca de cerca el poder. Ante los débiles, nos sentirnos débiles, seremos los más débiles del mundo, necesitando tanta ayuda como ellos la necesitan al pensar que todo lo hemos perdido o que lo podemos perder.

Estos comportamientos emocionales son nuestra realidad de la vida y de todos los traders que operan en el mercado, por los propios comportamientos ante el mismo y ante hechos imprevisibles. Estos hombres o mujeres que operan, no son hombres como los que Ud. verá en la TV, o en las películas, no, estos no son así, son diferentes. Lo que Ud. vera en ellos, será su propia reacción en un comportamiento de un hecho que le acontece diariamente en el mercado.

Ud. igual que yo, si quiere seguir en el trading deberá de pensarlo dos veces y mentalizarse para su futuro, prepararse para cómo será su vida futura, en la euforia y la depresión. Conozco a demasiados hombres que han abandonado el mercado de la bolsa al no conseguir soportarlo. Igual que nosotros han pasado por el camino de el trading el templo de la muerte, y.....esos hombres en el futuro vivirán del olvido, ya nunca más volverán a mirar para atrás y menos para la bolsa.

Si seguimos adelante, seremos lo que el mercado y el mundo son, una evolución constante, que posiblemente pudiera ir a peor. Para nosotros por asumir más riesgos de los necesarios, por exigirnos en exceso más esfuerzo del que otros hombres soportan. Ahí estará Ud. ahí estaré yo, que será lo que nos diferenciara de todos los demás hombres y mujeres, en comportamientos futuros y en formas de reaccionar ante los demás.

Aquí en el trading cambiara nuestra forma de vivir y de comportarnos como tales, el camino futuro de la vida y su historia será diferente, una vida de cambio en la que nunca se volverá a ser el mismo que fué por el ejercicio excesivo del riesgo. Se sufrirá el mismo cambio, de la misma forma de cómo cambió la vida de los viejos legendarios del mercado, para bien o para mal.

Y..., después de acumular pasado y experiencia........., es cuando los viejos traders, como los viejos guerreros, como los viejos roqueros, nunca cambiaran. Las emociones y las presiones son muy superiores a ellos mismos para que puedan cambiar.

D. Alexander Elder nos decía que solo la guerra era la única profesión más peligrosa que el Trading. Estoy totalmente de acuerdo con él. Cambia la forma de ver la vida después de luchar en una batalla, ya no se es el mismo y en el mercado tampoco. Uno se convierte en diferente.

Solo hay un camino para poder llevar esta nueva fase de la vida. La única solución es conocerse a uno mismo, para controlar nuestras emociones y sus posibles reacciones. Pero más de un día lloraremos ante hechos que otros hombres nunca lloran. Por un recuerdo pasado....., por una posición que les ha arrebatado todo. Ante una racha perdedora que no cesa. Ante un nuevo día que amanece para ponerse nuevamente ante el teclado para enviar una orden más, para corregir errores pasados. Ahí, esta Ud. ahí estoy yo, por eso somos diferentes, porque nuevamente intentaremos levantamos de las caídas.

Deberá de pensarlo dos veces, quizás cien veces más, si vale la pena tanto riesgo, tanto esfuerzo, si no sería más feliz paseando por el Atlántico y no sentir la emoción, el placer o la desdicha de tener una posición abierta sin saber el resultado final de la misma.

Por eso, esta profesión no es para todas las personas, solo para unos pocos, para aquellos que consiguen el control de sus emociones y algunas veces.....sus lágrimas.