Para saber si el mercado es volátil o no existen varios osciladores e indicadores financieros, pero el más seguido es el VIX (Volatility Index), que lo mide sobre las opciones de compra y venta del S&P 500.
Cuando la volatilidad es alta, este índice alcanza una cifra elevada y se correlaciona con caídas del S&P 500, lo que indica que hay miedo, pesimismo y se producen fuertes movimientos en las Bolsas, y viceversa.
El VIX se calcula utilizando una serie de opciones del S&P 500 a no más de 30 días de vencimiento. Así, los inversores entienden que si el mercado es bajista, cubrirán sus carteras comprando más puts y harán todo lo contrario si estiman que se muestra alcista. O sea, descuenta expectativas en un futuro cercano y en general funciona en sentido inverso al índice.
Quienes desean apostarle a un incremento en la volatilidad pueden hacerlo a través de diversos ETF y ETN. El más importante por cantidad de activos y volumen que mueve es el iPath S&P 500 VIX Short-Term Futures ETN (VXX), que cuenta con cerca de mil millones de dólares de activos, administrados por Barclays.
Este instrumento fue creado en 2009 con el objetivo de posicionar al inversor a los movimientos alcistas del riesgo implícito del mercado accionario, por lo que tiene como subyacente a las opciones del VIX.
Le sigue en orden de importancia el VelocityShares Daily Inverse VIX Short Term ETN (XIV), que apunta a la baja del índice de volatilidad, es decir -1x de su rendimiento neto de comisiones y cuenta en su cartera con activos por 527 millones de dólares.
En tercer lugar, se encuentra el ProShares Ultra VIX Short-Term Futures ETF (UVXY), que es un ETF apalancado +2x sobre el rendimiento del VIX. Cuando su riesgo implícito sube, este instrumento lo hace dos veces.
Es recomendable operar los que sean más líquidos, siempre y cuando el riesgo de fondo sea el mismo, es decir quien administra y garantiza la suscripción y rescate de los inversores.