Se asegura, de esta forma, que la «alfabetización financiera» ofrece a los usuarios mayor comprensión de conceptos centrales para la toma de decisiones económicas. Se deduce en consecuencia que las personas con bajos conocimientos sobre las finanzas son las que «se arriesgan» a adquirir criptomonedas. Esto debido a su poca capacitación financiera.
De este tema en específico se ocupó la iniciativa Think Forward, conformada por el grupo financiero ING, junto a socios como Deloitte, Dimension Data, CEPR (Center for Economic Policy Research), Dell/EMC y Amazon Web Services.
Think Foward publicó a principios de este año los resultados de un estudio sobre «Educación financiera y actitudes hacia las criptomonedas». En este caso tomó en cuenta un universo más amplio, encuestando en 2018 a personas de 15 países diferentes, incluidos Estados Unidos, Australia, Reino Unido, países de Asia y miembros de la Unión Europea.
Los investigadores estimaron la influencia de la educación financiera en las actitudes hacia bitcoin, en función de cuatro categorías: propiedad actual, intención de poseer en el futuro, ninguna intención de poseer en el futuro y haber oído hablar de este tipo de activos.
De forma semejante al Banco de Canadá, Think Foward subraya que las personas con más conocimientos financieros tienen menos probabilidades de poseer criptomonedas. Arguyen que «es más probable que este grupo no tenga la intención de poseerlas en el futuro». A ello agregan que «cuanto más alfabetizada está una persona financieramente es más probable que haya oído hablar de las criptomonedas, aunque está menos dispuestas a adquirirlas«.