Alejandro Sanz y Raquel Perera anunciaron en son de paz su divorcio en Junio de 2019. Hasta ahí todo bien, post en instagram, palabras de amabilidad y agradecimiento por un matrimonio de 10 años. Pero poco duró esa fachada.
Los problemas han comenzado y Raquel ataca fuertemente por reclamar la parte que le corresponde del dinero y bienes del artista.
Se sabe que a principios de años se reunieron todos, el artista estuvo con su exmujer y sus hijos y todo con mucha tranquilidad. Sin embargo, tras regresar a España en su avión privado, Alejandro presentó, el 15 de abril, la demanda de divorcio, en Pozuelo de Alarcón (Madrid), sin previo aviso y sin volver a hablar del acuerdo que habían cerrado de palabra y con un abrazo.
El contenido de la demanda afectó muchísimo a Perera, quien supo por este documento que su exmarido había tomado la decisión de que no le corresponde nada. El primer paso en su defensa lo dio el 29 de mayo, cuando, en respuesta al artista, Raquel presentó la demanda de divorcio en Miami, la ciudad donde sigue viviendo con sus dos hijos. En ella, y según ABC, Perera pide 40 mil euros mensuales de pensión alimenticia, la cobertura de los gastos de los chicos (colegio privado, vacaciones, seguros) y la repartición equitativa de los bienes que adquirieron durante su matrimonio, entre otros, además de revisión de la custodia porque alega que Sanz por su vida de músico, nunca está estable en un país.
Alejandro Sanz poco después de anunciar su divorcio, apareció con nueva novia, la cubana Rachel Valdés y ya vive en España con ella, y el hijo y la mamá de ella.
¿Los divorcios amables entre los famosos no existen, verdad?