Las nuevas medidas aduaneras que restringen a los viajeros la entrada de bienes a la isla entrarán mañana en vigor en medio de un profundo malestar entre los cubanos, que lo ven como un obstáculo más en la difícil tarea de adquirir artículos como ropa, aseo, perfumería o electrodomésticos.
Es una de las medidas del Gobierno de Raúl Castro más polémica y contestada de los últimos años, que ha levantado una polvareda de críticas incluso desde la propia prensa oficial -que en la última semana han dedicado numerosos artículos al asunto- al considerarla desproporcionada y alejada de la realidad.
Algunos de estos medios opinan que los cambios aduaneros no atajan el problema de raíz, que es el desabastecimiento de productos básicos de alimentación e higiene, ropa o aparatos electrónicos; así como su elevado precio en las tiendas estatales, cuya finalidad es recaudar divisas, por lo que venden en CUC, equivalente al dólar y que se cambia por 24 pesos cubanos (CUP).
En Cuba rige el sistema de doble moneda, donde el CUC es la moneda fuerte en la que se venden buena parte de los productos y servicios de la isla, mientras que la mayor parte de los cubanos reciben su salario en CUP.
La Aduana General de la República ha tratado de salir al paso de las críticas y defiende que aquellos que entren y salgan de la isla sin propósitos comerciales a penas sufrirán cambios en sus límites de equipaje; ya que el objetivo de las medidas es proteger el mercado nacional y frenar la entrada ilícita de importaciones.