“Existen profesiones que, como el trading, parecen fácilmente compatibles con el empleo que cada uno tenemos. Esa aparente compatibilidad, originada por tratarse de tareas que pueden llevarse a cabo fácilmente desde casa, o desde el lugar en el que tengamos ubicado nuestro portátil, los convierte en trampas mortales para nuestras expectativas”
De este modo se originan los derrumbamientos morales, la hipertensión, las quiebras de cuentas y la sensación de frustración de muchos aspirantes a traders.
Se dice que el 95% de los aspirantes a traders pierde ¿sabríamos qué % de traders profesionales que tratasen de compatibilizar su trabajo como traders con el de contables, comerciales, administrativos, gerentes de empresas tendrían éxito? Probablemente también fracasasen el 95%.
Hemos de tener muy claro que solamente existe frustración cuando uno tiene la expectativa de poder alcanzar algo, y sin embargo, tras mucho intentarlo, fracasa una y otra vez sin remedio. Sin esa expectativa, sin haberla visualizado mentalmente previamente, la frustración nunca se hubiese originado.
Esto les sucede a niños a los que desde los 12 años les han convencido de que van a llegar a ser estrellas de la música o famosos futbolistas de primera división. Y no estoy oponiéndome a que pongan todo su empeño y pasión en tratar de conseguirlo, sino a que su mente ya “ha descontado” que vayan a serlo, pase lo que pase. En ese caso sólo hay mucho que perder, y poco que ganar.
En el trading ocurre algo similar cuando leemos cientos de blogs particulares, a los que parece que siempre les vaya bien, y sin embargo, siguen manteniendo sus trabajos habituales.
Cuando una persona tiene una profesión que le exige, como mínimo, trabajar de 8 de la mañana a 15 de la tarde con desgaste físico o mental, pudiendo en estas 7 horas haber tenido discusiones, tensión, enfrentamientos, cabreos entre compañeros, etc. pretender descansar 2 horas y sentarse a hacer trading “con todas las facultades mentales y emocionales al 100%” es absolutamente imposible.
Démosle la vuelta a la tortilla: Imaginemos que nuestro trabajo habitual fuese vivir del trading, y nos dedicásemos a ello de 8 de la mañana a 15 de la tarde. En este proceso viviríamos horas de desgaste analizando movimientos, esperando niveles, entradas en el trade y expectativas de movimiento que nos romperían los nervios. Probablemente en muchas ocasiones también soportásemos enfados con nosotros mismos por no haber seguido nuestras reglas, o por haber desaprovechado movimientos.
Pues bien, después de todo ese palo, ¿cómo nos quedaría el cuerpo y la mente para ir a trabajar de contables, administrativos, jefes comerciales, empleados de banca, agentes inmobiliarios, etc. durante 5 horas seguidas, pretendiendo estar al 100% de nuestras capacidades?
Como en el deporte de alta competición (que es el que da de comer) o en cualquier profesión, cada detalle cuenta. Un cúmulo de pequeños y aparentemente invisibles detalles puede suponer el éxito o fracaso de una jornada laboral, y a largo plazo de una carrera. Comenzar una competición como el trading llevando encima 7 horas de palo en tu trabajo habitual es como correr descalzo, o con una mochila de 10 kilos a las espaldas.
El trading no es una que otra profesión más. Durísima y difícil, pero como tantas otras. Tiene sus dificultades igual que el resto. Es necesaria mucha práctica y teoría igual que el resto. La mayor parte de los momentos exige mucho sacrificio igual que el resto. Y también como el resto….exige dedicación exclusiva para poder vivir de ella.