Carstens sostuvo que «con una moneda digital, el Banco Central tendrá control absoluto de las reglas y regulaciones que determinarán el uso de la moneda». Además, consideró que contarán con la tecnología «para hacerlo cumplir».
A juicio del ejecutivo, las monedas digitales tienen una clara ventaja con respecto al dinero en efectivo. No solo por el control tecnológico, sino porque permitirían a las autoridades centrales de cada país combatir el anonimato que otorga transar con papel moneda. «Con el efectivo, no sabemos quién usa actualmente un billete de 100 dólares o un billete de 1000 pesos», reflexionó como un aspecto negativo.
Para el representante del BIS, con una moneda digital será más fácil también limitar el uso de una moneda fuera de las fronteras del país emisor. Como ejemplo, se refirió a una hipotética moneda lanzada por una economía avanzada: «si alguien en otro país quiere usarla, eso requerirá el consentimiento del Banco Central de residencia de esa persona».