China entra en el 2015 abrazada a la expresión la "nueva normalidad", que sus líderes repiten como un mantra para referirse a la etapa de menor crecimiento económico que le espera al gigante asiático a partir del año que acaba de empezar.
Tras décadas de expansión en dobles dígitos, advierten los gobernantes chinos, la segunda economía del mundo ha empezado una nueva fase, en la que el crecimiento será inferior al de los últimos años, aunque ese crecimiento, confían, será también robusto.
Sin embargo, un economista del independiente Instituto de Estudios del Mundo y de China, y que prefiere ser identificado sólo por su apellido, Meng, explica a Efe que, con las últimas estadísticas en la mano, puede afirmarse que la economía china se está debilitando.
Meng se refiere a los datos de noviembre, los más recientes, de inflación (que se situó en su nivel más bajo en cinco años, un 1,4 %) o producción industrial (que vio su segundo menor incremento desde 2009, un 7,2 %).
En ese mes, el comercio exterior alcanzó un superávit récord de 54.470 millones de dólares, aunque debido a una caída de las importaciones del 6,7 %, signo de una floja demanda interna.