Desde que existe el intercambio de divisas, se ha planteado lo que generaría poner en práctica una estrategia en Forex. En un mercado volátil e inconstante, resulta difícil desarrollar tácticas que permitan aumentar las ganancias, especialmente que perdure en el tiempo.
Es difícil pero no imposible. Lo primero que hay que hacer, para conseguir una estrategia con resultados exitosos, es la regla número uno en Forex qué consiste en tener un sistema. Los operadores disciplinados y prácticos desarrollan sistemas propios que les permiten generar dinero de manera consistente.
Para conseguir el éxito y poder desarrollar el plan, es necesario seguir esta serie de pasos previos:
Desarrollo del plan de trabajo
- Identificar el tipo de fluctuación, los rangos o tendencias del mercado.
- Por otra parte, es necesario establecer el período de tiempo que llevará la operación. En caso de que sea a largo plazo, se precisará hacer uso de gráficos que se adapten a esa necesidad.
- Se deberán marcar los puntos de entrada y salida de la posición con la mayor perfección posible.
- Finalmente, se deberán establecer los parámetros que evalúen la ecuación costo/beneficio.
Lo ideal es centralizarse en el plan de trabajo y desarrollarlo responsablemente, por más sencillo que pueda parecer. Se dice que para alcanzar el éxito se necesita un 5% de inteligencia que permita conocer el mejor plan para escoger, y otro 95% será la disciplina que se necesita para realmente probarlo y llevarlo a cabo hasta el final.
Se necesita tener claros algunos puntos, como por ejemplo qué es lo que se está buscando específicamente. También qué estoy haciendo que me acerque a ello y un diagnóstico de la vida actual. Es importante tener claro cuál es el objetivo que tengo, qué busco sacar de ello, qué quiero hacer y qué no.
Finalmente hay que deducir qué se necesita para lograr todos los objetivos que me fui marcando.
Disciplina como base
La disciplina es imprescindible para alcanzar el objetivo. Nadie nació con la disciplina incorporada, hemos ido desarrollándola a lo largo de nuestra vida, a causa de experiencias y aprendizajes.
Aunque la mencionada característica es una de la que más nos cuesta desarrollar, nunca es tarde para conseguirlo.
La disciplina favorece la concentración y el entrenamiento que lleva a alcanzar el éxito de forma segura y rotunda.
La disciplina se puede desarrollar con ejercicios sencillos. Por ejemplo, se puede establecer la meta de salir a correr todos los días. Al comienzo resultará sumamente difícil, sin embargo, lentamente, se va convirtiendo en parte de la rutina diaria. Se irá haciendo cada vez más normal hasta que llegará el momento en que, si no se sale a correr, se siente que algo falta, hay un malestar y el propio cuerpo pide que tenga lugar esa costumbre de salir a correr cada día.
La disciplina se convierte en hábito y rutina, lo que resulta más difícil de cambiar. Entonces lleva a la dedicación concentrada y perseverante, con el posterior alcance de los objetivos que se fueron planteando. Una vez que se haya establecido el camino, con la disciplina se llega a la meta.
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