El productor de la película, Juanjo Moscardó Rius, expresó: “Sabíamos que el time to market era ahora, por lo que la tokenización de la película era algo obligado para acortar los tradicionales tiempos de producción del cine en España, donde conseguir la financiación para una película puede costar años”.
El documental es un proyecto muy personal que parte de la propia experiencia de la autora. “Fue un poco como Alicia entrando en la madriguera. Cuando se decretó la cuarentena, comencé a invertir en criptomonedas por una cuestión de inercia, porque otros amigos lo estaban haciendo, pero comencé a descubrir el increíble universo que se estaba creando alrededor del ecosistema cripto y a obsesionarme con él”, comentó Ana Ramón Rubio.
Exhibieron un aviso gigante sobre Bitcoin en pleno centro de Madrid
Además de introducir el ecosistema cripto al espectador, Bull Run habla de los ciclos de mercado, de la especulación a través de memecoins como Dogecoin o Shiba y de las implicaciones sociológicas de la adopción de esta nueva tecnología, con las consecuencias -positivas y negativas- que todo ello ha acarreado, no solo en la vida de la protagonista, sino en la de todos los personajes secundarios que forman parte de la historia.