En casa, expreso, soluble, cortado o con leche, hay muchas formas de disfrutarlo. A lo largo y ancho del mundo las personas reciben a otras con café. El 65% de los cafés que se toman en el mundo se hacen a la hora del desayuno.

Los orígenes del café son globales, por supuesto. Los árabes del siglo XV fueron los primeros en cultivar café y un francés estuvo detrás del debut en 1843 de la primera máquina de café expreso comercial del mundo. Los escandinavos tienen uno de los mayores consumos de café por cápita de todo el mundo.

En Austria el café forma parte de la cultura local hasta el punto que Viena fue incluida en la lista de la Unesco en 2011 como motivo de ser distinguido como Patrimonio inmaterial. Brasil es el mayor productor con más del 30% de la producción mundial. En Japón hay un lugar denominado Yunessun Spa Resort en el que te puedes bañar y nadar en piscinas de café.

Cuanto más sabemos del café, más nos sorprendemos. Hay quien dice que el buen café se define por sí mismo puesto que sus iniciales encajan con Caliente Amargo Fuerte y Espeso. Aunque no a todo el mundo le gusta igual. La realidad lingüística es que la palabra café viene del árabe Qahhwat Al-bun que significa “vino del grano”.

Es la segunda bebida más consumida en el mundo después del agua. Eso significa que cada día hay cerca de un mercado de dos millones de tazas que se sirven en algún lugar del planeta. El árbol del café llega a medir seis metros y los granos no son otra cosa que semillas de su fruto.

El café ayuda a mejorar el rendimiento físico y algunos estudios aseguran que puede aumentar el metabolismo hasta el 11%.El café capuccino se llama así porque se asocia al color de los hábitos que visten los monjes capuchinos. Seguro que hay más curiosidades, pero ahora lo dejamos aquí para ir a tomarnos un café.