Aunque la inversión en investigación médica aumentó fuertemente en los últimos 50 años en Estados Unidos, son pocos los nuevos medicamentos aprobados y la gente no vive mucho más que en la década de 1960, sostiene un estudio publicado el lunes.
Desde 1965 la cantidad de investigadores se multiplicó por más de nueve y el presupuesto de los institutos nacionales de la salud (NIH) se cuadruplicó, a unos 30.000 millones de dólares en 2015, pero la cantidad de nuevos medicamentos aprobados por la Food and Drug Administration (FDA) solo se duplicó en el mismo período.
En cuanto al incremento de la esperanza de vida, se mantuvo constante en aproximadamente dos meses por año, precisan los autores del estudio, difundido en la última edición de las actas de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS).
"El objetivo de la investigación biomédica es mejorar la salud, pero constatamos cada vez más fricciones en el sistema", indicó el doctor Arturo Casadevall, profesor de microbiología molecular de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (Maryland, este), uno de los dos autores de la investigación.
"Estamos gastando más dinero para obtener los mismos resultados que siempre hemos obtenido y esto seguirá ocurriendo si no arreglamos las cosas", explicó Casadevall, destacando que los medicamentos más eficaces para tratar patologías fueron adoptados hace varias décadas, como es el caso de la insulina para tratar la diabetes o los bloqueadores beta para las enfermedades cardíacas.
Burocracia y reglamentaciones
Según el coautor del estudio Anthony Bowen, de la facultad de Medicina Albert Einstein de Nueva York, "puede haber una confluencia de factores" detrás de esta falta de rendimiento de los fondos invertidos en la investigación médica.
"Hay algo mal en el proceso pero no hay respuestas simples", sostuvo.
Entre las causas posibles estos investigadores citan, entre otras, un incremento de la burocracia y de las reglamentaciones sobre la investigación, como por ejemplo el largo proceso para obtener la autorización para tomar muestras sanguíneas o la obligación de llenar complicados formularios para cualquier desplazamiento para participar de una conferencia.
Otros expertos destacan en tanto que los desafíos médicos modernos son extremadamente complejos, y que encontrar una cura para la enfermedad de Alzheimer, el cáncer o patologías autoinmunes simplemente lleva más tiempo y esfuerzo.
Pero los doctores Casadevall y Bowen también sostienen que parte del problema puede provenir de la cultura de la investigación médica actual. Según ellos, hay incentivos "perversos" que empujan a los investigadores a simplificar demasiado sus estudios para que sean difundidos más fácilmente en las principales publicaciones médicas.
Esta práctica ha generado lo que los autores llaman "una epidemia de retractaciones" y resultados que no pueden ser reproducidos, porque resultan científicamente incorrectos.
"La literatura médica ya no es tan buena como antes", asegura Casadevall. "La cultura de la ciencia parece estar cambiando. Se publicitan trabajos menos importantes cuando la calidad del trabajo puede no ser evidente hasta décadas más tarde, cuando alguien trabaja sobre tu éxito para encontrar una cura".
Según otro estudio reciente, cada año se gastan más de 28.000 millones de dólares en investigación pre-clínica pública y privada en Estados Unidos, cuyos resultados no pueden ser reproducidos. Representan aproximadamente la mitad del contenido de las revistas especializadas.